Los alcatraces (Morus bassanus) ya se encuentran de regreso a sus colonias de cría en el norte de Europa. A finales de agosto del año pasado estas aves empezaron a abandonar sus lugares de reproducción para dirigirse al sur, pasando por el Cantábrico durante el viaje que en algunos casos los ha llevado hasta las costas de Senegal, aunque muchos de ellos han pasado el invierno en nuestras aguas. En estas fechas toca el viaje de regreso, y el paso migratorio, aunque no tan patente como el paso otoñal, es notable durante algunos días. Cuando lleguen a sus colonias de cría coincidirán con otras aves que han pasado el invierno más cerca y tendrán que luchar para encontrar un lugar donde nidificar en una colonia atestada.
Muchos de estos alcatraces se dirigen a la colonia de Bass Rock, en la costa este de Escocia. Esta colonia ha crecido espectacularmente en los últimos años, y según los últimos censos realizados nidifican en ella unas 80.000 parejas, lo que representa un 10% de toda la población mundial de la especie. Además de alcatraces, en Bass Rock se reproducen otras especies de aves marinas, como araos (Uria aalge), alcas (Alca torda), y cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis).
Desde la costa, en la localidad de North Berwick, la Isla de Bass Rock aparece como una gran mancha blanca debido a la enorme concentración de alcatraces. A medida que nos vamos acercando vemos más y más aves, unas volando alrededor de la isla como mosquitos y otras posadas en los nidos.
En el año 2004, tuve la suerte de poder visitar la colonia en compañía del grupo de investigación de aves marinas de la Universidad de Glasgow liderado por Bob Furness. Los nidos ocupaban prácticamente toda la isla, separados entre ellos por menos de un metro de distancia, justo el espacio que quedaba entre los dueños de cada nido cuando estiraban su cuello.
La Isla de Bass Rock ha sido descrita por David Attemborough como una de las 12 maravillas naturales del mundo y no podría estar más de acuerdo con él. Caminar en una colonia de miles de alcatraces sin que se inmutaran de mi presencia, oir sus reclamos y sentirlos volar sobre mi cabeza ha sido sin duda una de las mejores experiencias de mi vida. Ya han pasado casi 10 años desde entonces y no se cuando podré volver a visitar la isla de Bass, pero mientras espero ese día, puedo observar la evolución de la reproducción en la colonia gracias a las webcams instaladas en la colonia por el Scottish Seabird Centre. En la página web del centro también se puede reservar una plaza para visitar la isla.
NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.
Magnífico y esclarecedor documento ,supongo que inolvidable para el visitante.Felicidades por el Blog
ResponderEliminarMuchas gracias Esteban, lo cierto es que la experiencia fue increible.
ResponderEliminarun saludo