Egagrópila de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) con restos de un aparejo
Como ya comenté varias veces en este blog, los aparejos de pesca son los responsables de gran cantidad de muertes entre las aves marinas. Tanto las artes de enmalle como las de anzuelo matan anualmente millones de aves marinas en todos los mares del planeta. En el caso de Asturies, entre las especies nidificantes la especie más afectada por este tipo de artes de pesca es el cormorán moñudo.
Ayer me llegó un mensaje de Jon Hidalgo, un amigo que también trabaja con esta especie en Euskadi, en el que me comentaba que en un posadero de cormorán moñudo en la isla de Izaro había encontrado una egagrópila que tenía dentro los restos de un aparejo de caña, con plomo, sedal y anzuelo. Según parece se podría haber comido el pez que había picado en el anzuelo con la suerte que no se le hubiera clavado, ni al tragarlo ni al expulsar la egagrópila.
Cormorán enmallado. Fotograma del documental "El cormorán moñudo asturiano"
Aunque la mayoría de las muertes de cormoranes se deben a enmalles, lo cierto es que últimamente cada vez me han llegado más noticias de ejemplares con anzuelos clavados, tal como se puede ver en estas entradas en el blog de Juan Zaldivar y en el de Toral. Muchos de estos anzuelos proceden de palangres de pesca profesional pero otros muchos son anzuelos de pesca deportiva, que tienen especial impacto en zonas resguardadas de calas y pedreros donde los cormoranes jóvenes acuden a alimentarse.
Gaviota patiamarilla con un rapala enganchado en la pata
Algunas modalidades de pesca, como la pesca son peces artificiales del tipo rapala, también causan muchas bajas ya que las aves confunden estos señuelos con peces vivos y los intentan capturar, quedando enganchados en las patas o en el pico, lo que les provocará una muerte segura.
Pescadores deportivos en el puerto de Musel
Hasta ahora se han realizado muchos estudios sobre el impacto de las pesquerías comerciales sobre las aves marinas, pero la información sobre los efectos de la pesca deportiva sobre ellas es prácticamente inexistente. Es probable que el hecho de que el número de pescadores deportivos sea insignificante en relación al de profesionales nos haya hecho pensar que la mortalidad de aves asociada a esta actividad también lo sea, aunque puede que no tanto para las aves más ligadas a un litoral cada vez más antropizado.
Es una pena que muchos humanos no se tomen la molestia de respetar a los animales y por su indiferencia y despreocupación muchos mueran después de grandes sufrimientos.
ResponderEliminarUn buen reportaje que todos debería de leer.
Un saludo