El occidente de Asturies nunca suele defraudar y es raro que en un área que incluye playas, acantilados, rías y una amplia rasa costera no haya algo interesante que ver. Este año, la climatología no parecía que fuera a dar muchas oportunidades, ya que el fuerte viento del suroeste no le gusta a las aves, que no pueden volar cómodamente y prefieren refugiarse en zonas protegidas o descansar en el suelo. Pero había que intentarlo.
Pareja de ánsares piquicortos, con el faro de Tapia al fondo
Hacía varias semanas que una pareja de Ansares piquicortos (Anser brachyrhynchus) se dejaban ver por la rasa de Villadún y aunque se resistieron un poco, finalmente los conseguimos encontrar gracias a la ayuda de Gabriel, que los había localizado antes. Se encontraban pastando tranquilamente en el mismo sembrado de ballico donde se vieron las últimas veces.
Otra de las aves estrella que se llevan viendo desde hace tiempo es un Elanio azul (Elanus caeruleus). Esta especie era un visitante raro en el norte de la Península pero desde hace varios años cada vez son más numerosas las citas de esta especie. Y en esta zona del occidente se han visto el pasado año nada menos que cinco ejemplares, uno de los cuales aun se encuentra entre nosotros. Aunque después de casi una hora buscándolo ya no contábamos con verlo, al final lo localizamos posado en una rama baja, refugiándose del intenso viento que no parecía gustarle demasiado. Aunque parecía más desconfiado que otras veces, pudimos hacerle una foto testimonial antes de que se fuera volando.
Para completar la mañana nos dirigimos a la ría del Eo y como no teníamos demasiado tiempo y la marea estaba muy baja, fuimos directamente al puerto de Castropol, donde no es difícil ver colimbos, zampullines y otras especies casi sin bajarse del coche.
Grupo de cormoranes grandes pescando en la ría
Nada mas llegar ya vimos los primeros grupos de zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis) y dos colimbos grandes (Gavia immer), que pescaban activamente, asi como tres serretas medianas (Mergus serrator) y un grupo de cormoranes grandes.
El viento fuerte no favorece el vuelo de las aves, pero puede ser de gran ayuda para hacer fotos que en condiciones normales resultarían muy complicadas. Una espátula (Platalea leucorodia) que intentaba volar hacia el interior de la ría se mantuvo casi estática durante casi un minuto frente a nosotros mientras luchaba contra el viento, desplegando sus alas y avanzando lentamente hasta que desapareció.
Los charranes patinegros (Sterna sandvicensis) son aves muy rápidas que pescan lanzándose en picado sobre los peces de los que se alimentan. Esta vez el viento se puso de nuestra parte y nos permitió sacar varias fotos a algunos de los que se acercaron a nosotros.
Entre gansos y charranes se nos pasó la mañana y ya llegaba la hora de marcharse. Dentro de unos días volveremos por la ría a hacer el censo de aves acuáticas invernantes y dentro de 12 meses espero volver a cumplir con esta tradición de fin de año. Hay algunas tradiciones que merece la pena mantener.
NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.
Hola David. Esa zona del occidente de Asturias y la Mariña de Lugo siempre es interesante, como comentas. Y qué decir de la ría de Ribadeo, que a pesar del poco cuidado que le dan las administraciones, sigue siendo una de las más importantes del cantábrico a nivel ornitológico. Un saludo desde la otra orilla.
ResponderEliminarUn saludo, Enrique. Como bien dices, la ría sigue manteniendo buenas poblaciones de aves invernantes, aunque mucho menores que hace unos años, cuando este espacio era de importancia internacional para la invernada de anátidas, sobre todo de silbones y rabudos y se censaban varios miles. Ahora, probablemente debido a algunas obras como la escollera de Ribadeo, las praderas de algas casi han desaparecido totalmente y con ellas el alimento para los patos. Una muestra más del poco respeto que tienen las Administraciones de uno y otro lado de la ría por este espacio.
Eliminarun saludo
Totalmente de acuerdo David. Las sucesivas ampliaciones del puerto de Ribadeo han tenido un impacto brutal sobre la ría, y probablemente sean la causa principal de la disminución de algas o de plantas como la zostera. También la construcción del puente interautonómico influyó mucho en este aspecto. Eso por no hablar del espacio marino que se han comido todas estas obras, o las plataformas de cultivo de ostras en Castropol. Y cómo no, la lamentable situación de los vertidos sin depurar a la ría, que ahora ha saltado a los medios, pero lleva tanto tiempo produciéndose. En fin, que con todo este panorama, que de sobra es conocido por todos los habitantes de la zona, sigue siendo increíble la cantidad de vida que continúa atrayendo este espacio natural. Qué sería si se hubiera cuidado más...
EliminarSaludos.
Aunque mi afición principal es la pesca,y no la ornitología,suelo consultar regularmente publicaciones y blogs,relacionados con la naturaleza,como este tuyo,que visito con regularidad,aunque hasta hoy no he realizado comentario alguno.Este tiene como objeto simplemente felicitarte por tus ,habitualmente espléndidas entradas,que no pueden dejar indiferente a nadie que tenga un mínimo de sensibilidad con la naturaleza.
ResponderEliminarS2 desde Gijón
Hola Justo,
Eliminargracias por la visita. Ya sabes que el blog está abierto a todo el que quiera participar y los comentarios suelen aportar siempre otros puntos de vista y tambien sirven para corregir errores.
un saludo.
Amigo DAVID: Fíjate como tu tienes a los Charranes Patinegros de cara a la luz porque ahí el mar lo tienes a tu norte y yo los tengo que fotografiar a contraluz porque tengo el mar a mi sur. Cuando iba de vacaciones a Asturias no me acostumbraba, para mi el MAR era el SUR.
ResponderEliminarJóder, hasta para eso tenéis ventaja en Asturias.
jaja, lo mismo me pasa a mi cuando voy al Mediterráneo, no me acabo de acostumbrar a los atardeceres y amaneceres "al revés".
ResponderEliminarDe todas formas en este caso de los charranes, al estar en una ría el agua podrían tenerla por todos lados.
un abrazo.
Yo llevo dos años con una tradición semejante. Junto a Ricardo, uno de mis mejores amigos, nos acercamos a las Navas en la provincia de Palencia, para ver grandes concentraciones de gansos, y ánades. Este año vimos además garcetas.
ResponderEliminarSin lugar a dudas una tradición que merece ser conservada.
Javier