En las noches despejadas de verano, cuando la temperatura del aire baja por debajo del punto de saturación del agua, la humedad del aire se condensa formando gotas de rocío. A medida que el sol empieza a calentar a la mañana siguiente, esas gotas se evaporan rápidamente, pero si madrugamos un poco podemos disfrutar de este espectáculo fugaz que cada día es distinto y que cambia dependiendo de la superficie sobre la que se hayan formado las gotas.
El rocío se forma normalmente cerca del suelo y uno de los lugares donde da lugar a formaciones más bonitas son las telas de araña. Los hilos de seda de las telarañas son muy resistentes y capaces de aguantar una gran cantidad de gotas, dando lugar a formaciones tan variadas que nunca hay dos iguales.
Ayer, mientras fotografiaba una de estas telarañas me entretuve buscando los insectos que después de caer en la red quedaron atrapados en las pequeñas gotas de rocío, como los mosquitos que conservados en ámbar prehistórico despertaron la imaginación de Steven Spielberg para crear su Parque Jurásico.
Una multitud de diminutas moscas y mosquitos yacían muertos en su tumba de agua, inmóviles y balanceándose a un lado y a otro movidos por el viento. Todos menos uno. Cuando enfoqué la cámara hacia uno de los muchos insectos que habían caído en la red la noche anterior observé que se movía intentando con su cabeza romper la tensión superficial de la gota de rocío.
Después de observarlo durante un rato y tras conseguir asomar la mitad de su cuerpo por la superficie comenzó a poner huevos. Reservando sus últimas fuerzas, la hembra de mosquito trataba en un intento desesperado de cumplir con el principal objetivo de su efímera vida. Un par de minutos después, el diminuto mosquito dejó de moverse, el sol evaporó la minúscula gota de agua y esta pequeña historia se esfumó con ella.
NOTA: haced clic en las fotos para verlas a mayor tamaño
Impresionante!!!!
ResponderEliminarGracias Germán. Fue un golpe de suerte, aunque si no fuera un friki de las gotitas no la hubiera pillado, jeje.
Eliminarun abrazo
¡Muy,muy bonito!
ResponderEliminarHombre, es suerte pero también constancia y saber apreciar esos momentos. Cuanta gente te habría dicho ¿ Qué haces ahí mirando un bicho?
Jacques Costeau dijo: La felicidad para la abeja como para el delfín consiste en existir. Para el hombre, conocer la existencia y maravillarse con ella.
Gracias Pedro. El macro es lo que tiene. Muchas veces no hace falta irte lejos para encontrar cosas increíbles, al lado de casa, incluso en una gota de rocío.
Eliminarun saludo
Me encanta la primera foto. Parece un collar de perlas!
ResponderEliminarLas gotas de rocío y de lluvia dan mucho juego. Y estando en Asturias hay que aprovechar, jeje.
Eliminarun saludo
Ese poeta.
ResponderEliminarAmpliando los límites del lenguaje, hasta la vivencia. Yes un monstruo.
Abrazo.
Gracias, amigo. Se me despierta la vena poética de vez en cuando, solo a veces, ehh.
Eliminarun abrazo
Fenomenal, muy bonita entrada! la observación de la naturaleza siempre ofrece recompensas.
ResponderEliminarGracias, Francisco. Tienes razón, siempre sorprende y por poco que te fije nunca defrauda.
Eliminarun saludo
Me encanta la forma en que muestras la Naturaleza: bella, pero sin edulcorar, sin adulterar su sentido.
ResponderEliminarEres un fenomenal comunicador, David. Me descubro.
Muchas gracias, Mendiño.
Eliminarun saludo
Realmente has descubierto una ley! la muerte es parte de la vida, en realidad son uno solo. es como voltear un guante. muy inspirador. Gracias por ese gran aporte.
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