Prensa carroñera

Hace un tiempo la prensa escrita era la forma que teníamos muchos de enterarnos de lo que pasaba en el mundo. Frente a la inmediatez de las noticias en radio y televisión, los periódicos nos ofrecían la posibilidad de informarnos con calma y en detalle de aquello que habíamos escuchado apresuradamente en otros medios. Asimismo, los periodistas disponían del suficiente tiempo para elaborar las noticias que saldrían impresas al día siguiente. Podían recabar detalles, contrastar informaciones y desechar bulos e imprecisiones. En las redacciones trabajaban periodistas especializados en muchas secciones, había responsables de la sección de deportes, de la de economía, política e incluso de la de medio ambiente. Asimismo, en todos los periódicos se diferenciaba claramente las secciones de información de las de opinión, de forma que no resultaba difícil reconocer los artículos que narraban unos hechos de forma objetiva de aquellos otros en los que el autor expresaba una postura personal sobre unos determinados acontecimientos.

Y digo hace tiempo porque desde hace unos años mucha de la prensa escrita (salvo honrosas excepciones) se ha convertido en una colección de pasquines infumables en los que la mayoría de sus contenidos son noticias "virales" de dudosa procedencia, artículos intrascendentes de rápida digestión y gilipolleces variadas sobre estrellas televisivas o deportivas. Y las ediciones online han contribuido sin duda a todo esto, ya que es más importante ser el primero en publicar un titular que confirmar que lo que se dice es cierto. Y lo que es más grave, ya no existe la diferencia entre opinión e información, ya que en un mismo artículo se mezclan sospechosamente datos reales con las impresiones personales del autor, que en muchas ocasiones no tiene la más mínima idea del tema del que está hablando. Y por si esto fuera poco, con la intención de reforzar la línea editorial del periódico, se publica lo que sea siempre que se ajuste a ella, sin ni siquiera contrastar las fuentes ni asegurarse de que la noticia sea realmente cierta.

Un ejemplo de esta falta de ética profesional y de carroñismo editorial ha sido la de una noticia aparecida el 1 de enero en el periódico La Voz de Galicia que llevaba por título "Un ganadero de Abadín caza con su cámara a un lobo devorando a un caballo"

En dicha noticia, se comentaba como un ganadero había fotografiado con su móvil a un lobo mientras devoraba a un caballo a 1 kilómetro de las viviendas más próximas. Para ilustrar la noticia, el periódico adjuntaba una fotografía, presuntamente la que había tomado el ganadero con su teléfono en la que se apreciaba perfectamente a un lobo sobre los restos de un caballo muerto. Según el relato del ganadero, ese lobo formaba parte de una manada de 6 ejemplares, 5 de los cuales huyeron al aproximarse el vehículo mientras que el otro se quedó degustando el banquete, mirando de vez en cuando a la cámara, seguramente para salir más favorecido.

No hay duda de que esa escena podría haber sido real, y que el supuesto ganadero de Abadín podría haber logrado hacer un foto con su móvil de ese lobo, aunque como mínimo el hecho de hacer esa foto con un teléfono no parece demasiado verosimil. Pero al periodista X.M. Palacios se le escapó un pequeño detalle. Esa foto no está hecha en Abadín, está hecha en Asturias, y tampoco se ha tomado la pasada semana como se dice en el artículo, sino que había sido tomada en 2010 y para colmo, no se trataba de una manada de lobos, sino de un único lobo devorando la carroña de un potro. ¿Y cómo puedo saber yo esto? Pues por la sencilla razón de que fui yo el que publicó la fotografía en este mismo blog, que había sido tomada unas semanas antes por mi amigo Xurde Gayol .

Afortunadamente han sido varias las personas que se han dado cuenta del fraude y han corrido la voz sobre sobre el engaño, lo que finalmente ha hecho que el periódico borrara la noticia. Aún así ha estado colgada online el suficiente tiempo para que apareciera en gran cantidad de foros, debates y tertulias, en los que lo de menos es que la noticia sea real con tal de alimentar la ira contra el lobo y presionar a la administración para que los masacre.

Teniendo en cuenta que en La Voz de Galicia se ha usado una información falsa, se ha mentido y se ha utilizado material gráfico sin el consentimiento del autor, es evidente que al menos yo no puedo tomar como cierta ninguna de las noticias que aparecen en este medio de comunicación, ya que podrían tener el mismo origen. En el caso de este diario, es patente su animadversión por el lobo, que seguramente sea debida al interés de cosechar lectores y suscriptores entre el rural galego.

En una rápida búsqueda en internet se puede comprobar que el lobo ha estado casi más presente en este periódico que el propio presidente de la Xunta de Galicia, algo parecido a lo que ocurre con los periódicos La Nueva España o El Comercio en la vecina comunidad de Asturias, donde es rara la semana en la que no aparece una noticia sobre daños de lobos y siempre con el mismo propósito, alarmar a la población. Y esto tiene una consecuencia inmediata, que los políticos y gestores incrementen las batidas sobre especie y justifiquen esas matazas por la alarma social generada.

Lo curioso de la foto del lobo que protagoniza este artículo es que 15 días antes de la publicación de La Voz de Galicia apareció la misma foto en la página de Facebook, Cabalo Galego, tal como veis a arriba en sus dos versiones, la de la izquierda cuando el supuesto lobo había matado un caballo ese mismo día en San Andrés de Teixido  y a la derecha la supuesta rectificación antes de indicarle el fraude y el robo del material gráfico. Finalmente esa entrada fue retirada, pero solo después de que hubiera sido reenviada a multitud de foros de internet.

Después de haberse confirmado el fraude, la falta de ética y la irresponsabilidad de publicar una noticia sin haber contrastado si era real, no es suficiente con que La Voz de Galicia haya retirado el artículo de su edición online. Al hecho de usar una imagen sin el consentimiento del autor se une el hecho de la divulgación de una noticia falsa, por lo que lo correcto en este caso sería publicar un artículo en el mismo medio en el que se explique la verdad sobre este artículo para que quede todo claro, porque al menos por ahora, yo me seguiré creyendo la frase de Tony Curtis en la película "Sex and the Single Girl" (horriblemente traducida en España como "La Pícara solterona"):

"No dejes que la verdad te estropee un buen reportaje"

NOTA: He recibido hace un momento un mensaje de un editor de La Voz de Galicia en el que me transcribe las explicaciones dadas por el autor del artículo. Le he comentado que debería publicar esas explicaciones así como una rectificación en el periódico, algo que no han hecho ni parece que piensen hacer.