Durante las últimas semanas, las condiciones atmosféricas están facilitando la entrada de paseriformes migrantes desde norte de Europa. Tal como nos explica perfectamente Jorge Valella en su magnífico blog, la configuración isobárica apenas está cambiando en los últimos días, y continuamos con un tiempo estable aunque con algunas tormentas aisladas por las tardes. Asimismo, la borrasca situada frente a las costas de Portugal favorece que muchas de las aves que llegan a nuestras costas después de atravesar la mar, se queden durante unos días hasta que las condiciones meteorológicas les permitan continuar su viaje hacia el sur.
Colirrojo tizón en los acantilados del Cabu Vidíu
En resumidas cuentas, para aquellos a los que nos gustan las aves, es un buen momento para acercarse a las rasas costeras y a los cabos a disfrutar de la migración de los paseriformes. En algunas ocasiones incluso podremos verlos llegar desde la mar, solos o en pequeños bandos después de haber realizado un viaje sin escalas que puede haber durado varios días.
Una vez que llegan a costa, agotados y sin apenas reservas de grasa, tienen que reponer fuerzas y no es raro verlos en los zarzales comiendo moras o en los prados alimentándose de los últimos insectos del verano. Algunas especies, como los colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros) se unen a las aves locales por lo que su densidad en estas zonas aumenta considerablemente.
Collalba gris
Las collalbas grises (Oenanthe oenanthe), muy abundantes tanto en los pasos migratorios primaverales como en los otoñales, también se dejan ver por el borde del acantilado y los prados y setos próximos. Su plumaje es completamente distinto que el que estamos acostumbrados a ver en nuestros reproductores de las zonas altas, están recién mudados y las poblaciones del norte de Europa suelen tener una coloración más intensa y más rojiza.
Mosquitero musical
Los mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus) suelen aparecer en grandes números, pero prefieren quedarse entre los arbustos antes que en las zonas abiertas. El pasado domingo, en rasa del Cabu Vidíu (Ouviñana), llegué a contar más de 60 aves en menos de 500 metros de recorrido. Las alondras también se dejaron ver, incluso pude observar a varios grupos entrando desde la mar, que al llegar a tierra se dirigían rápidamente a los prados costeros a descansar y alimentarse.
Esta situación de estabilidad es probable que no dure mucho tiempo, pronto rolará el viento y los pequeños paseriformes se dirigirán hacia el sur. Será entonces el momento de mirar a la mar ya que es muy probable que tengamos varios días de intenso paso de aves marinas, un espectáculo que no deberíais perderos.
NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.
Es una autentica maravilla como están los brezales de los acantilados llenos de pajaritos!
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