lunes, 25 de febrero de 2019

Cormoranes: especies, subespecies y plumajes

En muchas ocasiones no resulta fácil distinguir las distintas especies de aves, y más aún cuando esas especies tienen un aspecto muy similar. Y la cosa se complica cuando presentan plumajes que cambian con la edad y con la estación del año. Unas de estas especies son los cormoranes, unas aves que desgraciadamente para ellas se han hecho famosas, no por sus plumajes, su biología o su papel ecológico, sino por la persecución a la que están siendo sometidas desde hace años, ya que se les acusa de ser los causantes del declive de las poblaciones de truchas y salmones.

Como ya hemos repetido en numerosas ocasiones en este blog, y a pesar de que tanto pescadores como incluso los medios de comunicación siguen alimentando la confusión, en la Península ibérica podemos ver dos especies de cormoranes, el Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) y el Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis). Se trata de dos especies muy diferentes, tanto por su aspecto externo y su tamaño como por sus costumbres, su distribución y el hábitat que ocupan. Mientras que el cormorán grande es una especie que en Asturias se presenta como migrador e invernante y se ve frecuentemente en el interior, el moñudo es una especie sedentaria y exclusivamente marina.

Pero incluso dentro de la misma especie, pueden aparecer distintas subespecie, como ocurre con el Cormorán grande en la que podemos encontrarnos en la Península ibérica con la subespecie continental (P.c. sinnensis) y con la especie marina (P.c. carbo). Durante el invierno, las dos subespecies son prácticamente indistinguibles, salvo por ciertas medidas corporales concretas, pero en plumaje nupcial si es posible distinguirlas. Por otra parte, mientras que la subespecie continental es la que se presenta de forma más numerosa como invernante y está en expansión, la subespecie marina es mucho menos frecuente y se encuentra en declive.

En el siguiente vídeo se pueden observar las diferencias, tanto entre las dos especies de cormoranes como entre las dos subespecies de cormorán grande y los distintos plumajes del cormorán moñudo.



La mayoría de los cormoranes grandes que invernan en Asturias y el norte de la Península ibérica se marcharán en unos pocos días o semanas a sus colonias de reproducción en el norte y centro de Europa. Cuando regresen a finales de verano ya habrán mudado de nuevo, y no presentarán las manchas de plumaje blanco características de la librea nupcial

sábado, 23 de febrero de 2019

El papel de la población en el consumo y difusión de la información

En la actualidad estamos viviendo en una curiosa paradoja: nunca tuvimos más acceso a la información, pero al mismo tiempo el grado de desinformación de la población cada día es mayor. Y esta paradoja, es aún más patente cuando nos referimos a la información científica y medioambiental.


Hace unos años, las fuentes de información más consultadas por la población eran la prensa escrita y la televisión, y en menor medida los libros y la literatura especializada. La prensa escrita permitía al periodista o divulgador dedicar el tiempo necesario a la consulta de diversas fuentes y al contraste de la información recibida, ya que tenía muchas horas por delante antes de que su artículo se publicara en la edición matinal del día siguiente. Por otra parte, era habitual que las distintas secciones de un periódico (política, información local, medio ambiente o deportes) estuvieran lideradas por periodistas especializados, o al menos con cierta formación en cada una de las distintas áreas. Con el paso del tiempo el periodista especializado ha quedado relegado a unas pocas secciones, mientras que en el resto es habitual la presencia de periodistas "generalistas" que escriben tanto de sociedad, como de medio ambiente, actualidad o agricultura, por ejemplo.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Matanzas incontroladas y resultados fatales

Cuando las decisiones se toman por presiones externas, atendiendo únicamente a criterios electoralistas y sin tener en cuenta la opinión y los estudios de los especialistas, los resultados pueden ser muchas veces los contrarios a los esperados. Es más, en muchas ocasiones, el supuesto problema que se pretendía resolver, no solo no se resuelve sino que se agrava.


Un ejemplo muy claro de esta estrategia fallida son los descastes y matanzas de depredadores con objeto de reducir la mortalidad de sus presas. Estas acciones se hacen con lobos, con zorros, con cormoranes, con garzas y con cualquier otra especie que ponga en peligro a aquellas especies que tienen interés económico, o incluso deportivo, para el ser humano.