La semana pasada me invitaron a dar una charla muy especial. En los últimos meses he tenido que ir por temas de trabajo a dar varias charlas a congresos y cursos. Algunos muy interesantes y otros menos, con público muy variopinto, desde investigadores o gestores hasta alumnos de cursos de doctorado. Pero la charla del viernes pasado fue la que más me gustó de todas.
La misión no parecía sencilla, tenía que ir al Colegio Santa Bárbara, en Lugones, a explicarles a niños de 9 años el funcionamiento de los ecosistemas. No sabía muy bien como enfocarlo, no quería aburrirlos ni llenarles la cabeza de conceptos y teorías pero tampoco quería enseñarles vaguedades y cuentos chinos.
Lo primero que me llamó la atención era que sabían mucho más de lo que me esperaba y prestaban mucha más atención que otros auditorios "más especializados". El tiempo me pasó volando, pero prefiero que os lo cuenten ellos mismos, que se curraron un libro digital explicando la experiencia.
Después de leerlo no se que más decir, aparte de que me lo pasé en grande y que como lo prometido es deuda, dentro de unos meses volveré a hablarles de ranas, renacuajos y salamandras.
Geli, muchas gracias por la invitación!!
David eso si que "presta", los guajes son como esponjas se quedan con todo lo que les llame la atención y les interese.
ResponderEliminarAdemás, este público tiene una cualidad que no tienen otros auditorios, y es que aún (de momento) no están influenciados por políticas, ni por intereses.
un saludo!!
Ési ye el futuru, y tenemos que educalos bien pa que, por lo menos, respeten la naturaleza. Aunque no sean unos frikis como nosotros, pero que por lo menos, la respeten.
ResponderEliminarTe ha quedado una entrada muy especial, David. Felicidades
ResponderEliminarAs pequenas coisas que fazemos, os menores gestos, tudo, tudo, parece tão insignificante... mas quando nos deparamos com essa gradeza de espírito, essa sede de conhecimento e aprendizado... ah... isso sim vale à pena a qualquer mestre.
ResponderEliminarParabéns porque você conseguiu um objetivo espetacular: ensinar!
Fiquei muito emotivo lendo o livro das crianças.
Felicidades.
Um beijo imenso de admiração.
Nada nos enriquece más que lo que damos. Enseñar -en general comunicar- es siempre, o debería ser, un acto de generosidad sincera.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios, la verdad es que merece la pena y creo que yo aprendí mas que ellos.
ResponderEliminarYo tambien pienso que la investigación tiene que salir de la universidad y que mejor sitio que los colegios.
Obrigado por seus comentários Teca, beijos