martes, 17 de abril de 2012

El pájaro infiel

Acentor común (Prunella modularis) cantando

Uno de los pájaros más comunes en la campiña es el Acentor común. No es una ave especialmente llamativa por su plumaje, es de un color pardo con ciertos matices grisáceos y azulados y pasaría desapercibido si no fuera por su canto. Durante las últimas semanas, los machos han estado muy ocupados defendiendo su territorio de otros competidores y tratando de atraer a las hembras. Una vez que el ardiente macho ha conseguido despertar el interés de la hembra y aparearse con ella, construirán su nido y ella pondrá sus huevos que serán incubados por los dos miembros de la pareja hasta que nazcan los pollos.

Hasta aquí todo parece normal y sigue las pautas habituales en casi todos los paseriformes. Pero la realidad es muy distinta, lo cierto es que esa aparente pareja perfecta, no lo es tanto y las relaciones "extra matrimoniales" son muy frecuentes, siendo normal que una hembra se aparee con varios machos y que los machos hagan lo mismo con otras hembras.

La aplicación de técnicas moleculares que permiten realizar análisis de paternidad de forma rutinaria y a un precio asequible, permitió confirmar que la monogamia entre las aves, más que una norma, parecía ser una excepción, y que las infidelidades eran muy frecuentes en los dos sexos. En el caso de las hembras, buscarse una otra pareja reduciría el riesgo de que si pareja "formal" fuera estéril todo el esfuerzo que supone la reproducción fuera en balde  y en el caso de los machos, aparearse con otras hembras serviría para incrementar el número de descendientes y de esta forma, propagar sus genes aun más.

Pero el hecho de la existencia de esas infidelidades ha servido para que la desconfianza entre los miembros de la pareja también aumente. En el caso de los machos, una de las soluciones que han encontrado es la de acompañar continuamente a la hembra durante los días fértiles (mate guarding) para evitar que se aparee con otros, mientras él se aparea frecuentemente con ella.



En el caso de los acentores, se observó que las hembras se escapaban frecuentemente y aprovechaban para aparearse con los machos vecinos. Una vez que volvía a su territorio, su pareja "formal" cortejaba de nuevo a la hembra y como se ve en el vídeo anterior, la estimulaba para que se inclinara expulsara una pequeña gota que contenía el esperma que el macho vecino había dejado anteriormente.


Este comportamiento ritualizado era seguido por una rápida cópula, y de esta forma el macho aseguraba la paternidad de su descendencia eliminando el esperma de su oponente y sustituyéndolo por el suyo. En el caso de que no estimulara adecuadamente a la hembra, o no estuviera pendiente continuamente de ella durante los días previos a la puesta, aumentaría el riesgo de paternidad extrapareja.

Lo cierto es que la vida sexual y familiar de los acentores comunes dista mucho de ser una vida convencional. De hecho, una de las características de esta especie es que tienen sistemas de reproducción muy variados. Algunos son monógamos, otros son poliándricos (dos machos y una hembra), otros poligínicos (dos hembras y un macho) y en otros casos llegan a formar una comuna de varios machos y hembras en las que todos crían a sus hijos en común.


Pero uno de los casos de infidelidad que más me ha llamado la atención en los últimos años es el caso de los cisnes negros australianos (Cignus atratus), que estudio el Dr. Raoul Mulder, de la Universidad de Melbourne. Estudios genéticos habían demostrado que un mínimo de 1 de cada 6 pollos de una pareja de cisnes era ilegitimo y era el resultado del apareamiento de la hembra con otro macho diferente.

Los cisnes habían sido considerados durante siglos como el símbolo de la fidelidad y la devoción a la pareja y estos resultados parecían echar por tierra esas ideas. Lo extraño en este caso es que al contrario de lo que ocurría con los acentores, las parejas de cisnes permanecían siempre juntas y no se había observado ningún caso de cópulas extrapareja a pesar de que se habían seguido a muchas de ellas durante varias estaciones seguidas.

Entonces, ¿cuando se producían esas infidelidades? Para estudiarlo, el Dr. Mulder colocó un microchip en una pluma de la cola de todos los machos y un receptor en la cloaca de todas las hembras de cisne que formaban la población de Albert Park Lake, en la ciudad de Victoria. De esta forma, cuando se recapturaba una hembra se podía saber todos los machos con los que se había apareado y cuando lo había hecho.

Los resultados fueron sorprendentes ya que las parejas se comportaban modélicamente durante el día, siempre estaban juntas, se acicalaban, nadaban y comían sin apenas separase uno de otro, pero al llegar la noche todo cambiaba, y tanto machos como hembras buscaban otras parejas con las que aparearse para volver a su vida familiar al despuntar el día.

Referencias
BIRKHEAD, T., HATCHWELL, B., & DAVIES, N. (2008). Sperm competition and the reproductive organs of the male and female Dunnock Prunella modularis Ibis, 133 (3), 306-311 DOI: 10.1111/j.1474-919X.1991.tb04574.x

6 comentarios:

  1. Thanks for sharing the interesting information.

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  2. Hola David!!
    pues no sabía esos datos que mencionas, sé que el acentor era un bribón... pero la estrategia que seguía no lo sabía, lo mismo me ocurría con el cisne.

    un saludo

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  3. Hola Juancho, lo del acentor ya se había observado hace mucho tiempo, de hecho creo que el primer artículo sobre el tema es de los años 60 de siglo pasado. Incluso hay un libro de Davies sobre el tema y sobre la evolución del comportamiento social (http://www.amazon.es/Dunnock-Behaviour-Social-Evolution-Ecology/dp/0198546750).

    Lo de los cisnes es mucho mas nuevo, de hecho aun no está publicado el artículo, a ver si lo sacan pronto.

    un saludo

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  4. Interesante artículo, no sabia del comportamiento tan curioso de esta ave. Nunca he visto uno, que hábitat es el más adecuado para esta especie en Asturias?

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  5. Muy interesante el artículo sobre las infidelidades en las aves. Está visto que no todo es lo que parece.
    Saludos

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