viernes, 30 de agosto de 2013

El oso ya es un problema

Osa con dos crías en unas montañas del centro de Asturies

La población de osos (Ursus arctos) de la Cordillera Cantábrica es una de las más amenazadas del mundo ya que no llega a los 200 ejemplares y se encuentra en un hábitat muy humanizado, donde la superficie forestal apenas llega al 30%, que es la menor de todas las poblaciones europeas (Fernández Gil, 2013). Tan sólo hace unos pocos años, la población de osos no llegaba a los 80 ejemplares, con un número de tan sólo seis osas con crías en el año 1986.

Este aumento poblacional registrado en los últimos años no ha implicado que los osos cantábricos hayan salido definitivamente del pozo en el que se encontraban a mediados del siglo pasado. Esta población sigue en peligro de extinción y muchos de los problemas que la habían llevado al límite, como el furtivismo, la destrucción del hábitat, o los venenos, desgraciadamente aún siguen estando presentes.

Pero una situación como la actual, que debería ser motivo de satisfacción para todos los que tenemos la suerte de tener osos a pocos kilómetros de casa, ya empieza a resultar excesiva para algunos. Hasta ahora, el lobo se había erigido como el gran enemigo de los agricultores y ganaderos, y aunque los datos oficiales no confirmaban un aumento en el número de daños sino más bien un aumento en el número de casos de fraude, sigue siendo raro el día que algún periódico regional no saque alguna noticia sobre el tema. Y curiosamente, y tal como explica Alberto Fernández en su tesis doctoral, el número de noticias sobre daños de lobos es mucho menor en el occidente de Asturies que en el oriente, cuando los daños al ganado son muy superiores en la primera zona. Y esta presión mediática es la que condiciona las acciones de control sobre la especie, ya que la Administración asturiana mata más lobos en las zonas donde más noticias se publican sobre los daños, y no en la que más daños se producen. Se ha llegado a un punto en el que los propios ganaderos amenazan a la Administración con que si no se hacen batidas empezarán a usar veneno en el monte. Y la Administración calla y otorga.


Resultados del trabajo de Alberto Fernández sobre los daños de lobo en la TPA

Pero desde hace unos meses, el punto de mira ya ha empezado a dirigirse al oso. Los artículos en la prensa regional sobre supuestos daños de osos se han incrementado, aunque no hubiera ninguna prueba algunos periodistas basándose en opiniones personales no verficadas, en indicios o en simples suposiciones ya han puesto al oso pardo en la picota. Han empezado a preguntarse si ya hay demasiados osos y si "hay sitio para tantos osos en Asturies" y hoy mismo se decía sin tapujos que los osos ya son un problema y que hay que empezar a tomar medidas para atajarlo.

¿Pero que esconde esta campaña de desprestigio del oso pardo en Asturies? Como bien apunta la Asociación de Agentes Forestales, quizás sea la antesala de la descatalogación del oso como especie en peligro de extinción, lo que llenaría las televisiones y los periódicos de caras de políticos alabando su trabajo en favor de la conservación de la naturaleza. O quizás sea el primer paso para que el oso pardo sea declarado especie cinegética, lo que daría muchas satisfacciones a los cazadores y probablemente a algunos de los políticos y responsables de la Administración, que cambiarían su discurso para intentar convencernos de la caza como reclamo turístico y como fuente de ingresos para este Paraíso Natural que ya nadie en su sano juicio se cree.

Parece muy lejano el año 2006, cuando el Principado de Asturias se gastó 6,3 millones de euros en una campaña de promoción turística de la región en la que ficharon a Yogui y a Bubu como embajadores. Puede que ahora fueran echados a patadas del despacho de la consejera, como si de delincuentes sanguinarios se tratara.

A pesar de esto, quiero seguir creyéndome que somos muchos más los que queremos tener osos en Asturias, los que estamos dispuestos a asumir en nuestros impuestos los gastos de los daños de osos y lobos, que supondrían una minúscula parte del presupuesto anual (sólo hay que comparar los 44.715 euros pagados en 2007 en toda Asturies por daños de oso, con los más de 6 millones de euros de la campaña de Yogui).

Está en nuestras manos que los osos y los lobos puedan seguir conviviendo con nosotros y que a escasos kilómetros de Uvieo podamos seguir disfrutando de ver a una osa con sus oseznos jugando libres en la ladera de una montaña.



Si no estamos dispuestos a pagar ese pequeño precio, quizás sea que no nos merecemos. Solo nosotros podemos cambiar esta situación.

NOTA: para ver el vídeo de la TPA a pantalla completa haced click en el símbolo de la derecha de la barra inferior. En el vídeo de los osos para verlo en HD haced click en "vimeo".

Referencias
-Fernández Gil, A. (2013) Comportamiento y conservación de grandes carnívoros en ambientes humanizados. Osos y lobos en la Cordillera Cantábrica. Tesis Doctoral. Universidad de Oviedo.

lunes, 26 de agosto de 2013

Los grandes escarabajos del bosque

Cerambyx cerdo en un encinar de Potes

En los bosques de la Cordillera Cantábrica hay unos animales que aunque no tienen la espectacularidad de otras especies más carismáticas, como el oso o el urogallo, dependen como ellas de las masas forestales autóctonas, y son muy sensibles a los procesos de alteración de estos bosques, como la fragmentación del hábitat, las talas indiscriminadas o los incendios. Se trata de los grandes escarabajos forestales, y al igual que ocurre con el oso y el urogallo son especies protegidas, tanto por la legislación europea como por la española.


Una de las especies más conocidas de estos insectos es el Longicornio mayor o Gran capricornio (Cerambyx cerdo), que pertenece a la familia de los Cerambícidos y que puede alcanzar los 6 cm de longitud, caracterízándose por las largas antenas que pueden tener la misma longitud que el resto del cuerpo. Habita bosques maduros de encinas o robles, de cuya madera se alimentan las larvas, que pueden permanecer en ese estado durante 3 o 4 años. La fase adulta es muy breve y durante ella prácticamente no se alimentan, aunque pueden lamer la savia de algunos árboles o la fruta madura.

Macho de vacaloria (Lucanus cervus)

Otra de las especies de insectos forestales, y quizás la más conocida de todas ellas, es el Ciervo volante (Lucanus cervus) o vacaloria como la conocemos en Asturies. Las vacalorias también pueden alcanzar un gran tamaño, aunque las variabilidad entre individuos puede ser muy acusada. Los machos más grandes pueden llegar a los 9 cm y se caracterizan por sus enormes mandíbulas, que utilizan para luchar con otros machos por el derecho a aparearse. Las hembras son más pequeñas y sus mandíbulas no están desarrolladas como armas ofensivas.


La vacaloria pertenece a la familia de los Lucánidos, y al igual que en el caso de los Cerambícidos, sus larvas se alimentan de la madera en descomposición durante varios años antes de emerger como adultos. Durante las noches de finales de verano es frecuente ver a estos insectos acudir a las luces de las farolas o de las casas. Muchos de ellos ya se encuentran en las fases finales de su vida y aparecen muy débiles o moribundos. Esta especie, al igual que el Longicornio, se encuentra en regresión, lo que ha propiciado su inclusión en las listas de especies protegidas de España y de la Unión Europea.



Además de la destrucción del hábitat, una de las causas del declive de estas especies ha sido el coleccionismo, ya que muchos ejemplares son capturados todos los años por aficionados a la entomologia, llegando incluso a darse casos de venta ilegal de estos animales en el mercado negro. Este tipo de coleccionismo es ilegal aparte de ser completamente injustificado, por lo que lo mejor que podemos hacer es dejar a estos animales en el bosque para que sigan su vida y se reproduzcan, y que si queremos coleccionarlos, podemos hacerles unas fotografías.

NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.

jueves, 22 de agosto de 2013

Tortugas de Florida y Zampullines chicos

Las Tortugas de Florida (Trachemys scripta) han sido durante años las mascotas preferidas por muchos niños. Por unos 10 euros las tiendas de animales te vendían una cría de tortuga con su pequeña piscinita, su isla, su palmera de plástico y un bote de comida. La mayoría de ellas morían a las pocas semanas debido a las malas condiciones en las que se mantenían, pero algunas de ellas llegaban a aclimatarse a la cautividad, crecían y a medida de aumentaba su tamaño, la pequeña tortuguita se convertía en un animal molesto, que lo único que hacía era comer, cagar y dormir.

Trachemys scripta usando la plataforma de un nido de zampullín para tomar el sol

La tortuga dejaba de ser interesante y sus dueños empezaban a cansarse de ella, a los niños ya no les hacía gracia y un día por la mañana la tortuguita se había marchado. Al niño se le contaba que se había escapado porque se había hecho mayor, cuando en realidad había tomado un atajo por la taza del water. En otras ocasiones se organizaba una excursión para, con la mejor de las intenciones, liberarla en un estanque, en un río o en un embalse pensando que así se realizaba una buena acción.

Pero lo cierto es que ese aparente gesto de humanidad tiene unas terribles consecuencias para la fauna autóctona. Las Tortugas de Florida son muy depredadoras y una vez soltadas en nuestras aguas, se encuentran en unas condiciones óptimas para su desarrollo, sin apenas depredadores y con una gran cantidad de alimento a su disposición. Su dieta pasa de las gambas secas que se le daban durante su forzosa cautividad a estar formada por larvas de anfibios, peces y crustáceos, aderezada con plantas acuáticas, tanto sésiles como flotantes. Aparte de estas interacciones directas, estas tortugas compiten por el espacio y el alimento con otras especies de galápagos autóctonos y también pueden resultar un vector de enfermedades.

Zampullín chico llegando al nido

Los impactos sobre la avifauna autóctona no han sido muy estudiados y aunque podrían depredar las puestas o los pollos pequeños de algunas aves acuáticas, el único impacto confirmado hasta el momento ha sido el abandono de algunos nidos de Zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) al usar reiteradamente sus plataformas como lugar para asolearse.

Zampullín expulsando a una tortuga de Florida de la plataforma del nido

Hace unos días, mientras observaba un nido de Zampullines chicos en el embalse de la Barquera (Soto de Ribera, Asturies) pude ser testigo de una de estas interacciones entre las dos especies. Los zampullines aún no habían completado la puesta y cada poco acudían al nido para tapar los huevos y añadir más material a la construcción. En un momento en el que el nido estaba vacío, una tortuga de Florida se subió a la plataforma para tomar el sol. Cuando apareció uno de los padres expulsó a la tortuga, pero al cabo de unos minutos, la tortuga regresó y fue de nuevo expulsada.

Durante el tiempo que permanecí observado el nido, la tortuga se subió a él en varias ocasiones y siempre fue expulsada, pero no se si este comportamiento hará que finalmente los zampullines acaben abandonando el nido. En el siguiente vídeo podéis ver la insistencia con la que la tortuga regresa a la plataforma y la reacción de los zampullines para expulsarla.



Las especies exóticas invasoras son, después de la destrucción del hábitat, la segunda amenaza más importante para la biodiversidad. En el caso de las tortugas exóticas, el primer paso debería ser la prohibición de las importaciones de estas especies desde sus lugares de origen para la venta en tiendas de animales. Aunque ya se ha prohibido la exportación de algunas, la picaresca de algunos comerciantes ha hecho que se busquen nuevas subespecies para así burlar las leyes.

Pero aparte de la adopción de estas necesarias medidas legales, siempre hay que tener en cuenta que la liberación de estos animales en el medio natural nunca es una solución, debido a los graves problemas que se pueden ocasionar. Si alguien desea desprenderse de su mascota, en casi todas las comunidades autónomas hay asociaciones a las que se puede acudir para que las recojan, solo hay que hacer una búsqueda en internet para encontrarlas.

NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño. Para ver el vídeo a pantalla completa sólo hay que hacer click en el icono de las cuatro flechitas de la barra inferior.

lunes, 19 de agosto de 2013

Las garduñas de mi vecino


Hace un año, mientras hacía fotos de noche en Nuveana, oí el ruido de unos pasos a mi espalda sobre el cemento de la pista que lleva a la playa. Al darme la vuelta pude ver a una garduña (Martes foina) que caminaba confiadamente y que se paró a un par de metros de mi y se me quedó mirando.

Hacía mucho tiempo que no veía una viva, aunque por desgracia pude ver varias atropelladas en la carretera. En Asturies, suelen verse Martas (Martes martes) con más frecuencia, aunque en las zonas costeras, suelen ser más abundantes las garduñas. Ambas pertenecen, junto a los turones, las comadrejas y los armiños, a la familia de los mustélidos, y al igual que ellos suelen tener hábitos nocturnos, saliendo a cazar al ponerse el sol, aunque de vez en cuando también se las puede ver a plena luz del día.

A principios de julio de este año, un amigo de Nuveana me dijo que había visto un par de bichos cerca de la caseta de su perro, y que por la descripción que me dio tenían toda la pinta de ser garduñas. Hace un par de semanas, puse la cámara con sensor de movimiento cerca de la caseta para ver si conseguíamos desvelar el misterio y cuando eran cerca de las 5 de la mañana la cámara registro al nuevo inquilino y pudimos comprobar el motivo de su visita, como podéis ver el siguiente vídeo.



Afortunadamente para la garduña, a mi amigo no le molestan sus visitas ni la ración de pienso que se come diariamente, porque como él dice, desde que tiene estos nuevos inquilinos no ha vuelto a ver rastros de ratas ni ratones.

miércoles, 14 de agosto de 2013

La pesca tradicional del Atún rojo en Marruecos

El Atún rojo (Thunnus thynnus) es uno de los peces óseos de mayor tamaño y el mayor de la familia de los Túnidos, ya que algunos ejemplares han llegado a pesar casi 700 kg, aunque la mayoría no suelen superar los 300. Se trata de una especie pelágica que se puede encontrar en el Atlántico Norte y en los mares adyacentes. Actualmente sobreviven dos poblaciones independientes, una más pequeña que desova en el Golfo de México y otra mayor que desova en el Mediterráneo.

Jaulas de engorde de atún rojo cerca de la costa de Barbate

A finales de primavera, en los meses de mayo y junio, los atunes rojos de la población oriental entran en el Mediterráneo viajando próximos a la costa andaluza. Durante esta migración, los atunes reproductores no se alimentan y sobreviven gracias a las reservas de grasa acumuladas durante los meses previos. Poco antes de atravesar el estrecho de Gibraltar, los pescadores de la costa de Cádiz los esperan con sus almadrabas, un sistema de pesca tradicional con el que los peces son dirigidos hacia un laberinto de redes al final del cual quedan atrapados. Parte de estos atunes son sacados unos días después con destino al mercado japones, y otros serán mantenidos en jaulas flotantes en las que son alimentados para sacarlos unos meses más tarde, dependiendo de la demanda.

Los atunes que logran escapar de las almadrabas llegan a sus lugares de reproducción, la mayoría de los cuales se encuentran en aguas de las islas Baleares. Una vez que han completado el desove, los peces, mucho más delgados que a la entrada, abandonan el Mediterráneo siguiendo la costa de Marruecos. En ese momento ya comienzan a alimentarse, por lo que entran a los cebos de los pescadores marroquíes, que a bordo de pequeñas pateras, que en ocasiones pueden ser más pequeñas que los propios atunes, los capturan con sedales y anzuelos.


Una vez que un atún pica el anzuelo, es izado a la superficie a mano, usando llantas de neumáticos usados para protegérselas. Esta operación puede durar más de media hora, ya que estos enormes peces emplean todas sus fuerzas para liberarse. Es ese el momento que otros pescadores del estrecho utilizan para robar las capturas, alertados por los desesperados intentos de los atunes para liberarse del anzuelo. Varias familias de orcas merodean por las proximidades durante estos días y si se encuentran con uno de estos peces se lanzarán sobre ellos para devorarles la ventresca y las partes más blandas y nutritivas. Una pérdida para los pescadores pero una oportunidad única para ver un espectáculo que sólo se puede observar en estas aguas durante unos pocos meses al año. De todas formas, las pérdidas ocasionadas por las orcas no evitan que la pesca del atún rojo siga siendo una actividad muy rentable y lucrativa para estos pescadores, ya que uno solo de estos peces puede alcanzar precios desorbitados.

De todas formas, las orcas no acuden todos los días al encuentro de los pescadores y después de un día de frenética actividad se pueden tomar uno o dos días de descanso antes de aparecer de nuevo por la zona de pesca. Y eso os lo puedo asegurar yo, que he bajado varias veces durante los últimos años y nunca he conseguido verlas y en cambio he visto en varias ocasiones cómo las pequeñas embarcaciones pescaban muchos atunes, algunos de más de 200 kg de peso.



Una vez que el enorme pez ha alcanzado la superficie, el trabajo no ha terminado, ya que no resulta nada sencillo subirlo a bordo. Ayudados con cuerdas y ganchos, los pescadores tiran del pez para meterlo en la barca lo que les puede llevar más de media hora.


En ocasiones y si el atún capturado es demasiado grande, pueden requerir la ayuda de la tripulación de otras embarcaciones cercanas para unir fuerzas, ya que las tres o cuatro personas que suelen pescar en cada una de estas pequeñas barcas puede no resultar suficiente. Aún así, si después de varios intentos no consiguen subirlo, pueden optar por llevarlo amarrado al costado de la embarcación, pero puede resultar arriesgado si las orcas andan cerca.

Esta pesca tradicional realizada por las embarcaciones marroquíes representan una mínima parte del total de capturas de esta especie en el Mediterráneo. Actualmente, la mayor presión sobre esta especie es realizada por las flotas industriales de cerco, que capturan miles de estos ejemplares, muchos de los cuales son directamente introducidos en jaulas de engorde en las que esperarán con destino al mercado japonés, gracias a la cada vez mayor demanda del mercado de sushi y sashimi.

NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.

lunes, 12 de agosto de 2013

Los efectos del clima sobre la mortalidad y la dispersión de cada sexo en las aves marinas


Las fluctuaciones en el clima tienen un efecto muy importante sobre la dinámica de las poblaciones naturales, como ha quedado demostrado en numerosos trabajos científicos. En muchas especies, el clima tiene un efecto directo sobre la disponibilidad de alimento y sobre el hábitat, lo que incide directamente en algunos parámetros demográficos como el éxito reproductor, la supervivencia o la dispersión post-generativa.

Área de estudio

Hace unos días hemos publicado un artículo en la revista PLos One en el que analizamos los datos recopilados en los últimos 20 años en varias colonias de Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) de Asturies y Galicia. Durante estos años hemos marcado con anillas de lectura a distancia varios cientos de pollos de cormorán en 6 colonias reproductoras, que han sido sexados mediante técnicas moleculares o mediante análisis discriminantes. Asimismo, durante este periodo hemos usado como aproximaciones de la variabilidad ambiental dos variables: "el Índice de la Oscilación del Atlántico Norte" (North Atlantic Oscillation index, NAO) y el índice de anomalía de la temperatura superficial del mar (SST).


Proporción de machos de cormorán moñudo que abandonan el nido en las islas Cíes durante el periodo de estudio (el número dentro de cada círculo indica el número de pollos que fueron sexados).

El análisis de los datos confirmó que en aquellos años en los que el índice NAO fue positivo (inviernos cálidos y fríos), el sex-ratio en el momento de la emancipación de los pollos estuvo sesgado hacia las hembras. No encontramos ninguna relación entre la temperatura superficial y el sex-ratio.


Distancia desde la colonia de nacimiento al lugar de primera reproducción en las dos áreas de estudio (Asturies: cuadrados; Galicia: triángulos). Los machos están representados por los símbolos negros y las hembras por los símbolos blancos.

La distancia media a la que se dispersaron los jóvenes de cormorán (de los que conocíamos su sexo) fue de 11,53 km (rango: 0,02 - 318 km). El 75% de ellos reclutaron (se reprodujeron por primera vez) a una distancia menor de 5 km del lugar en el que habían nacido, siendo las distancias medias de dispersión similares para machos y hembras. A pesar de esto, confirmamos que las variaciones climáticas durante las fases tempranas del desarrollo tuvieron un importante efecto sobre la distancia de dispersión, observándose que las hembras se dispersaron más lejos en aquellos años con valores positivos de NAO, mientras que en los machos ocurrió lo contrario.

Estos resultados sugieren la existencia de una relación entre las oscilaciones climáticas y la proporción de sexos en el momento del abandono del nido. El cormorán moñudo es una especie dimórfica en la que los machos son un 22% más pesados que las hembras en ese momento, por lo que durante el periodo de crianza necesitan más recursos que ellas. Se ha comprobado que la presencia de ciertos peces y crustáceos en el área de estudio disminuye en los años en los que el índice NAO es negativo, que son los años en los que el sex-ratio está sesgado hacia las hembras. Asimismo, en estudios previos hemos comprobado que aquellos años en los que el NAO es positivo, la mortalidad en el nido es mayor, por lo que todo parece indicar que los machos, al ser los que necesitan más recursos sea el sexo que experimente una mayor mortalidad durante el desarrollo.

Las condiciones iniciales de desarrollo pueden afectar a la distancia de dispersión a través de dos mecanismos diferentes: afectando a la capacidad física para dispersarse o afectando a la motivación para dispersarse debido al entorno social en el que se encuentran o a la calidad del hábitat. Nosotros hemos confirmado que el entorno social que encuentran los juveniles en el momento del abandono del nido está afectado por las condiciones climáticas por lo que los machos se dispersarán más lejos en aquellos años en los que vuelan más machos, mientras que las hembras harán lo mismo si el sex-ratio está desbalanceado hacia ellas.

Estos resultados sugieren que las condiciones climáticas afectan a la proporción de sexos en las colonias de cría, lo que tiene importes efectos en la edad adulta que pueden condicionar la dinámica de las poblaciones.

Referencias
Barros A, Álvarez D & Velando A (2013) Climate influences fledging sex-ratio and sex-specific dispersal in a seabird. PLos ONE 8(8): e71358. doi: 10.137/journal.pone.0071358.

viernes, 9 de agosto de 2013

La cara más amarga del Estrecho de Gibraltar

Ayer mismo llegamos de Tarifa después de una nuevo intento de ver las orcas que estos días se reúnen en las aguas del estrecho de Gibraltar siguiendo la migración del atún rojo. Varios grupos familiares de este impresionante cetáceo se han especializado en alimentarse de los atunes que son capturados por las pateras marroquíes y algunos barcos de la flota de Tarifa.

Al igual que me ocurrió en las anteriores visitas y a pesar de que las condiciones meteorológica eran inmejorables, que las fechas eran las más propicias para los avistamientos, y a pesar de que varios grupos se habían visto durante los días anteriores, las orcas no quisieron venir a nuestro encuentro. Después de dos días navegando y peinando la zona de las bajas, donde las orcas acuden a robar los atunes a los pescadores, otra vez nos volvieron a dar esquinazo.

En nuestro segundo día de embarque en el Aroha Rahi, las condiciones meteorológicas habían empezado a cambiar y las esperanzas de ver a las orcas eran cada vez menores. El viento de poniente había arreciado y la marejada era cada vez más fuerte así que después de varias horas peinando la zona nos decidimos a marcharnos porque las posibilidades de avistamiento eran cada vez más escasas. En ese momento vimos un gran grupo de delfines listados nadando velozmente a escasos metros del barco y cambiamos de rumbo para seguirlos. Tras varios minutos navegando tras ellos, los pescadores de una de las barcas marroquíes nos empezaron a hacer señales y durante unos instantes llegamos a pensar que nos avisaban de la presencia de orcas, pero la realidad iba a ser muy distinta. A lo lejos vimos unas manchas de color naranja que se agitaban cerca de la superficie, pero ninguno nos imaginábamos lo que nos íbamos a encontrar en unos minutos.


Al acercarnos comprobamos que no se trataba de orcas, ni de lanchas de pesca. En una pequeña barca hinchable de las que se se pueden comprar en unos grandes almacenes por poco más de 50 euros (pero que en Marruecos se venden por más de 400). En ella se hacinaban seis personas que agitaban sus brazos para que los ayudáramos. Se encontraban en medio del estrecho, una de las zonas con mayor tráfico marítimo del mundo por la que pasan más de 100.000 barcos al año. Cualquiera de estos barcos podría pasar por encima de esa pequeña barca de juguete sin que su radar fuera capaz de detectarlo, incluso las olas formadas por el paso del barco podría volcarla fácilmente.


Gracias a Jesús que aun recordaba algo del francés aprendido en el colegio, conseguimos tranquilizarlos y decirles que la embarcación de salvamento marítimo de Tarifa que Pepe acababa de avisar ya estaba en camino. Mientras esperábamos, les pasamos unas botellas de agua y nos quedamos con ellos hasta que llegaron a recogerlos. Durante unos minutos que parecieron eternos temimos que la pequeña barca se fuera a pique con todos sus tripulantes, ya que el viento seguía arreciando y la mar iba poniéndose peor a cada minuto que pasaba.



Afortunadamente en menos de 15 minutos la lancha de salvamento llegó a rescatarlos, esta vez habían tenido suerte de encontrarse con nosotros pero los siguientes puede que no tengan la misma. Las lanchas marroquíes se habían desentendido completamente, no era su problema e incluso era más que probable que alguno de los barcos que hacía unos minutos estaban por allí y que habían desaparecido repentinamente, hubiera llevado en sus bodegas a los seis subsaharianos y los hubiera dejado en medio de la mar para que alguien, si tenían suerte, los hubiera encontrado. Resultaba muy sospechoso que después de pasarnos varias horas sin salir de esa zona no los hubiéramos visto y que casualmente aparecieran en el momento en el que los barcos mas grandes empezaran a recoger los aparejos para regresar a puerto.

Cuando finalmente subieron todos a la lancha y se encontraron a salvo, nos miraron y nos agradecieron con las manos que los hubiéramos encontrado. Todos nosotros, Pepe, Jesús, Gorka, Jose, Jorge, Nuria y yo, nos quedamos en silencio durante unos minutos, no había mucho que decir, era una sensación muy extraña, una mezcla entre angustia por habernos dado de frente con una realidad que aunque conocíamos, hasta ese momento nos parecía algo ajeno y lejano, y la alegría por haberlos salvado de una muerte casi segura. Ahora parecía ridículo que poco antes estuviéramos disgustados por no haber visto las orcas, ya no importaba nada. ¿Qué hubiera pasado si los delfines no hubieran aparecido y se nos ocurriera seguirlos?

Ayer aparecía una pequeña nota sobre el rescate en un periódico digital de Tarifa, pero no aparece nada en ninguno de los periódicos de tirada nacional. Este drama ya no es noticia a pesar de cientos de personas se siguen jugando la vida todos los años para cruzar el estrecho. Mientras esto ocurre todos los días, a escasos kilómetros de distancia nuestros representantes políticos se enzarzan en estúpidas discusiones patrióticas sobre la propiedad de una roca, en una nueva muestra de cómo desviar la atención de los verdaderos problemas que nos afectan a todos y de los que los enfangan a ellos a diario.

NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño