lunes, 30 de julio de 2012

El lagarto ocelado en Asturies


El lagarto ocelado (Timon lepidus) es el más grande de los lagartos ibéricos, ya que algunos machos viejos pueden alcanzar 70 cm de longitud, aunque son pocos los individuos que llegan a ese tamaño. Esta especie esta fuertemente asociada a los escosistemas mediterráneos por lo que es muy escaso y localizado en Astruies y en la mayor parte de la cornisa cantábrica, donde algunas poblaciones se encuentran recluidas en valles que conservan formaciones de matorral y bosque mediterráneo con zonas despejadas, como canchales calizos e incluso bordes de pistas o carreteras.

Distribución del lagarto ocelado (Atlas y Libro Rojo de los anfibios y reptiles de España, 2004)

Esta especie, al igual que ocurre con otras especies de reptiles es muy sensible a los incendios forestales que pueden causar la muerte directa de muchos ejemplares y la destrucción de su hábitat. A pesar de estar estrictamente protegido, la injustificada mala fama que rodea a esta especie y a casi todos los reptiles, es la culpable de que aun hoy en día muchos lagartos sigan muriendo a manos del hombre.

NOTA: haced click en la foto para verla a mayor tamaño

jueves, 26 de julio de 2012

Vestigios del pasado

Hace unos 7000 años, las tribus errantes que deambulaban por la Península Ibérica empezaron a asentarse en ciertos lugares donde la caza y el agua era más abundante. En aquellos tiempos, la mayor preocupación era llegar vivo al día siguiente y a poder ser con el cuerpo entero. Curiosamente, y al contrario de lo que nos enseñaban en el colegio, el sedentarismo y el paulatino abandono de la caza y la recolección y su progresiva sustitución por la ganadería y la agricultura, no significó un incremento de la calidad de vida, sino que tuvo un efecto negativo sobre la estatura y la longevidad humana, ya que a pesar de aumentar la cantidad de reservas alimentarias y su posibilidad de almacenamiento, se restringió la variedad de los mismos y se crearon dependencias de alimentos base, que dieron lugar a hambrunas y malnutriciones. (Si tenéis la oportunidad os aconsejo que leáis el libro de Jerry Mander "En ausencia de lo sagrado").


Otra de las consecuencias directas del sedentarismo fue la aparición de ritos funerarios y con ellos la construcción de estructuras para sepultar y rendir culto a sus muertos. Muchas de esas estructuras han llegado hasta nuestros días aunque en la mayoría de los casos los restos humanos y el ajuar con el que los enterraban han sido expoliados.


En Asturies hay varias de estas estructuras, sobre todo dólmenes, que aun se conservan relativamente bien. El aislamiento de muchos ellos y su ubicación en lugares alejados de carreteras concurridas y donde hay que pegarse una buena caminata para llegar, los ha librado por el momento de pintadas otros actos vandálicos, como ha ocurrido en otros más accesibles.

Hace un par de días visité con mi amigo Gilberto uno de estos dólmenes situado en una de las sierras del centro de Asturies. Llegamos cuando aun no había oscurecido pero tuvimos que esperar a que se pusiera el sol para tener la sensación de estar en un sitio realmente mágico, quizás la misma que sintieron los que lo construyeron hace miles de años.


No deja de sorprenderme cómo cambia todo bajo la luz de las estrellas, cuando desaparecen las sombras y todo parece mucho más sencillo.

NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño. 

martes, 24 de julio de 2012

Críalos en Asturies


El Críalo (Clamator glandarius) es una especie que se presenta esporádicamente en Asturies, aunque no de manera regular. Los críalos son relativamente abundantes como reproductores en el sur de la Peninsula Ibérica, pero están ausentes en toda la cornisa cantábrica, donde sólo algunos ejemplares despistados, sobre todo juveniles, pueden dejarse ver durante unos pocos días.

Esta especie es estival y aunque hay aves se quedan todo el año en el sur de España, la mayoría emigran a África a pasar el resto del año. Los críalos no crían a sus pollos, sino que ponen los huevos en los nidos de algunas especies córvidos (casi siempre urracas aunque se ha confirmado parasitismo en nidos de chovas, rabilargos, cornejas o grajillas) para que sean ellas las que realicen el trabajo de alimentarlos. Los críalos recien nacidos, al contrario que en el caso de los cucos, no expulsan del nido a los huevos y pollos de su legítimo propietario, pero acaparan la mayoría del alimento que traen sus padres adoptivos, por lo que las probabilidades de supervivencia de sus hermanastros se reducen drásticamente.


La pasada semana, aparecieron dos juveniles de críalo en la zona de Tapia, en el occidente de Asturies. Si ya es raro ver uno, la presencia de dos ejemplares tan próximos es algo excepcional. Se trataba de dos jóvenes de este año que probablemente habrían abandonado el nido hacía unos pocos días y que en su despiste juvenil dieron con sus plumas en el mar Cantábrico, muy lejos de su ruta migratoria. Como era previsible a los pocos días desaparecieron, esperemos que hubieran reconfigurado su GPS interno para hacer el viaje hacia el sur.

lunes, 23 de julio de 2012

Curso de Astrofotografía en Galicia


El pasado fin de semana asistí al taller de fotografía astronómica que organizó la Asociación Fotográfica Galega Phosgalicia y que impartió Manel Soria. En los últimos años he asistido a varios cursos y talleres, la mayoría relacionados con mi trabajo (pero a ninguno de fotografía), y con gran diferencia este ha sido en el que más he aprendido y el que más me ha gustado de todos. La organización ha sido excelente, las localizaciones muy buenas y el profesor ha superado con creces todas mis expectativas, que ya eran muy altas antes de ir. Ha sido un auténtico placer conocer a Manel y disfrutar de sus conocimientos, su dedicación y sobre todo de su entusiasmo por todo lo que hace.

La Vía Láctea y la contaminación lumínica

Pero las protagonistas indiscutibles del fin de semana han sido las estrellas y las noches despejadas y limpias que nos han permitido observar la vía láctea en todo su esplendor, aunque también nos ha servido para darnos cuenta de que incluso en el lugar más remoto es prácticamente imposible no encontrar el rastro que nuestra civilización deja en forma de contaminación luminosa.

La galaxía de Andrómeda sobre los penedos de granito (¿la véis?)

Ahora, de vuelta a casa toca revisar la gran cantidad de notas que apunté durante las maratonianas horas de teoría, que se hicieron increíblemente cortas y dentro de unos días tratar de poner en práctica alguna de las cosas aprendidas. De todas formas, aunque no hiciera ninguna fotografía, sólo con el placer de mirar al cielo en una noche estrellada ya merecería la pena una salida nocturna. Desgraciadamente, cada vez nos tenemos que ir más lejos para poder disfrutarla.

Asistentes al taller antes de comenzar la sesión nocturna. Foto de Xandro Barberena

Para finalizar quisiera volver a agradecer a los organizadores del Taller, y en especial a Xandro, el trabajo realizado para conseguir que todo saliera perfecto. Ha sido un gusto conoceros a todos y compartir la noche con vosotros. Espero que nos volvamos a encontrar bajo la luz de la celistia.

NOTA: como siempre haced click en las fotos para verlas mejor

jueves, 19 de julio de 2012

Dando una vuelta por La Bal.louta


Ayer por la tarde subí hasta la zona de La Bal.louta (L.lena, Asturies) a pajarear un poco. Al contrario que en el centro y en la costa, que estaba nublado y frío, al pasar Mieres ya empezó a despejar y por encima de los 1600 metros hacía un día precioso y soleado (cosas de Asturies).

Cuando empecé a caminar me extrañó que viendo lo avanzado de la temporada, no encontrara pollos volantones de ninguna especie, pero si vi una gran cantidad de pájaros con ceba, por lo supuse que la mayoría de los pollos aun no habían abandonado el nido. Otros años en estas fechas los volantones de las collabas y los bisbitas ya eran muy visibles por las camperas.


Lo mejor del día fue encontrarme por casualidad a una pareja de Roqueros rojos (Monticola saxatilis) muy confiados, que parecian tener el nido cerca de donde yo estaba pasando. Esta especie siempre la vi fugazmente y no muchas veces, por lo que me hizo una ilusión especial poder disfrutar de esta pareja.


Me llamó la atención un Milano real (Milvus milvus) que volaba a media altura acosado por un cernícalo. Esta especie no se reproduce en Asturies, por lo que probablemente se tratara de un ejemplar en dispersión. En los últimos años han aumentado mucho las citas de esta especie en nuestra provincia, casi siempre en invierno.


En la colonia de Chovas piquigualdas (Pyrrhocorax garrulus) había mucho movimiento, con varias decenas de individuos entrando a cebar continuamente. En los pocos nidos visibles desde el exterior se veían pollos emplumados a los que aun les quedaban unos cuantos días para volar.

Aparte de esto, las especies comunes a estas alturas también estaban atareadas cebando en los nidos: Bisbitas alpinos (Anthus spinoletta), collabas grises (Oenanthe oenanthe) y pardillos (Carduelis cannabina). También pude ver un zorzal charlo (Turdus viscivorus) que destacaba entre los escobares con su plumaje casi blanco, y que también llevaba ceba en el pico para alimentar a sus pollos.

Entre las rapaces, además del Milano real, pude observar una pareja de Águilas culebreras (Circaetus gallicus), una pareja de alimoches (Neophron percnopterus) y un juvenil de segundo año y varios buitres leonados (Gyps fulvus).


Al contrario de lo que ha ocurrido en altitudes más bajas, donde hemos tenido una primavera y un principio de verano bastante lluvioso y frío, a excepción de unos pocos días contados, por encima de 1500 metros de altitud, las precipitaciones han sido mucho más escasas. La mayoría de las charcas donde suelo ir a trabajar con las ranas estaban secas desde hace tiempo y no había ni rastro de metamorfos de temporarias ni de calamitas. Solo algunas Ranas verdes (Pelophylax perezi) se amontonaban en los riachuelos que aun llevaban algo de agua, escondiéndose rápidamente al detectar cuaquier movimiento en la orilla.

lunes, 9 de julio de 2012

La mosca que quiso ser una abeja


Nuestro mundo está lleno de imitadores y hay muchos organismos que copian el diseño de otros con el fin de apropiarse de algunas de sus ventajas. Una de las imitaciones que más se observan en la naturaleza es la de los animales inofensivo que adoptan el aspecto de otros animales peligrosos para de esta forma causar una reacción de temor entre los posibles depredadores. Curiosamente, este tipo de imitaciones ha evolucionado de manera independiente en prácticamente todos los grupos de animales, desde insectos hasta mamíferos, lo que es una prueba de que es una estrategia que funciona. A este tipo de imitación se la conoce como "mimetismo batesiano".

Imaginemos una especie de insecto que fuera capaz de defenderse de sus depredadores clavándoles su aguijón, por ejemplo una avispa. Quizás un pájaro inexperto que nunca hubiera visto una avispa trataría de comérsela, pero en esa caso, el pájaro tendría muchas posibilidades de recibir un aguijonazo. A partir de ese momento el pájaro relacionaría el dolor causado por la picadura con el aspecto de la avispa y en futuras ocasiones evitaría comérsela. Pero esta respuesta sólo sería posible si la avispa se vistiera con un traje imposible de olvidar, como un diseño de rayas amarillas y negras. Curiosamente este diseño de alerta también se repite en muchos grupos de animales y siempre con el mismo significado.

Pero disponer de un aguijón especializado y destinar parte de sus recursos en la producción de veneno tiene un coste, ya que esos recursos se podrían dedicar a otros menesteres, por ejemplo a acumular reservas.

Pues algunos animales han imitado el aspecto de estos animales "peligrosos" pero bajo el disfraz sigue escondiéndose un animal inofensivo. Un ejemplo es la mosca de la fotografía, que podría pasar por una abeja si no nos fijamos bien, y por lo tanto, un depredador potencial, en caso de duda preferiría dejarla a un lado "por si acaso".

lunes, 2 de julio de 2012

Reflejos en la arena

Aunque yo soy más de pedrero y no suelo frecuentar las playas de arena, hay algunas como el Playón de Bayas que siempre me gustaron, quizás porque al ser el arenal más grande de Asturies, con casi tres kilómetros de largo, nunca tienes sensación de agobio.


Una de las ventajas de las playas de arena frente a las de piedras, sobre todo si tienen poco desnivel, son los reflejos que aparecen sobre la arena húmeda cuando se retiran las olas. Hace un par de días, el cielo se llenó de nubes que presagiaban un cambio meteorológico por la llegada de un pequeño frente. Estas nubes suelen ser muy agradecidas y todo parecía indicar que el atardecer iba a estar animado. Durante los veinte minutos que pasaron desde poco antes de ponerse el sol hasta que empezó a oscurecer, las nubes y el cielo cambiaron continuamente de color y todos esos colores se fueron reflejando en la arena húmeda.


Mientras la luz iba despareciendo rápidamente, el rojo de algunas nubes altas se hizo más intenso y contrastaba con el amarillo de las flores de las dunas.

NOTA: como siempre, haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.