jueves, 30 de noviembre de 2017

Los animales como testigos de la contaminación

La contaminación ambiental ha estado ligada al ser humano desde que éste empezó a quemar madera para calentarse. Si bien es cierto que la contaminación producida por las primeras sociedades humanas se puede considerar despreciable, a mediados del siglo XIII ya hay constancia de que empezaba a ser un problema, cuando el rey Eduardo I de Inglaterra prohibió la quema de carbón en las calefacciones de Londres debido al intenso humo que producían y que causaba malestar en la población. 

Imagen de Londres tras "El gran Smog" de 1952. Fuente: A Sketch Of The Past

El problema de la contaminación del aire se agravó a partir de la revolución industrial, debido a que gran parte de las máquinas necesitaban quemar combustibles fósiles, sobre todo carbón, para que pudieran funcionar. Durante años, las máquinas estuvieron escupiendo residuos tóxicos mientras la mayoría de la población se iba acostumbrando, hasta que en la semana del 5 de diciembre de 1952, tras una inusual tormenta de nieve que duró varios días, con las calefacciones de carbón trabajando ininterrumpidamente, Londres se despertó envuelta en una nube que no dejaba ver a menos de un par de metros de distancia.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Cuando ser muy abundante no te salva de la extinción

Desde que la vida surgió en nuestro planeta en el periodo Arcaico, una ingente cantidad de organismos han aparecido y se han extinguido siguiendo un guion que Charles Darwin se encargó de explicarnos hace poco más de dos siglos. A lo largo de los casi 2000 millones de años que han transcurrido desde la aparición de las primeras células eucariotas hasta llegar a nuestros días, se ha estimado que el 99% de todas las especies que han existido han desaparecido. En todo ese tiempo ha habido periodos en los que la tasa de extinción ha sido especialmente alta. Sin duda, el que condujo a la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años es el más conocido, pero antes de esa extinción masiva hubo otras cuatro ocasiones más, incluso más catastróficas, en que este pequeño punto azul pálido el que vivimos estuvo muy cerca de convertirse en una roca estéril y deshabitada. 


Todos esas extinciones masivas fueron causadas por fenómenos naturales, como erupciones volcánicas, caídas de meteoritos o explosiones de supernovas a millones de años luz de distancia y que han quedado grabados en el registro geológico fósil. Entre esos periodos de extinción han transcurrido largos periodos de relativa calma, en la que las especies supervivientes han tenido que adaptarse y evolucionar en un planeta con unas condiciones distintas a las anteriores. Pero al mismo tiempo, ese "nuevo" planeta presentaba una gran cantidad de oportunidades debido a la presencia nichos ecológicos que habían quedado vacíos que fueron ocupándose paulatinamente por nuevas especies gracias a la evolución y la diferenciación de aquellas que sobrevivieron.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Irrupciones de aves, producción de semillas y cambio climático

Muchas especies de aves realizan periódicamente movimientos migratorios que las llevan desde sus áreas de reproducción a sus áreas de invernada. Estos viajes, de ida y vuelta, tienen por objeto aprovechar las condiciones más favorables durante todo el año y por regla general están condicionadas por la disponibilidad de alimento. 

Aparte de este tipo de migraciones, hay otras especies que cada cierto tiempo aparecen en números mucho más elevados de lo normal en zonas en las que son invernantes escasos o irregulares. Estos fenómenos se suelen producir en especies que habitan en ambientes boreales, en los que se pueden producir episodios de abundancia de fructificación de algunas especies de árboles y arbustos que tendrán como consecuencia un incremento del éxito reproductor y la supervivencia juvenil. De esta forma, en estas especies es habitual que sus poblaciones sufran importantes fluctuaciones interanuales y en años de abundancia de población se producirán movimientos masivos de aves que emigrarán al sur en busca del alimento que necesitan.

Ampelis (Bombycilla garrulus). Avilés, 18-12-2012