miércoles, 16 de mayo de 2012

El sapo corredor en el Cantábrico


El sapo corredor (Epidalea calamita) es una especie que se distribuye por gran parte del continente europeo, desde la Península Ibérica hasta el sur de Suecia en el norte y hasta Bielorrusia y Ucrania en el este. En el caso particular de la Península aparece en prácticamente toda su extensión, pero curiosamente en la cornisa cantábrica es una especie escasa y muy localizada.

Después de muchos años recorriendo charcas y humedales, sólo he encontrado a esta especie en unos pocos sitios de Asturies y en algunas charcas alpinas de la cordillera cantábrica. Hace un par de años, la Sociedad de Ciencias Aranzadi organizó unas jornadas monográficas sobre esta especie, al que acudieron los más relevantes expertos mundiales en esta especie. La conclusión fue que las poblaciones costeras de Euskadi (al igual de lo que ocurre en la mayoría de las poblaciones cantábricas), se encontraban en grave peligro, al igual que ocurría con la mayoría de las poblaciones del norte de Europa.


Personalmente, el sapo corredor es una de las especies de anfibios que más me gustan, no sólo por su aspecto, sino por su particular forma de moverse, ya que como su nombre común indica, no saltan, sino que corren como ratones.

Estos días están muy ocupados con la reproducción y se les puede oir cantar, con un cri cri, parecido al de un grillo aunque más largo. También se pueden encontrar los cordones de huevos dispersos por algunas charcas. Estos cordones se diferencian de los del sapo común porque los huevos se disponen a lo largo del cordón en hileras dobles, mientras que los de sapo común aparecen en hileras triples o cuádruples. Su desarrollo será muy rápido, y en unas pocas semanas ya habrán crecido lo suficiente para metamorfosear.


En ese momento, las charcas temporales se llenará de diminutos sapitos en miniatura, de apenas 1 cm de longitud, que haciendo honor a su nombre corretearán sobre el barro húmedo en busca de mosquitos y otros insectos.

NOTA: haced click en las fotos para ampliarlas

6 comentarios:

  1. Hola David:
    Tengo una duda. A ver si me se explicar.
    Antes de su desaparición de amplias zonas de Europa, (provocada en la mayor parte de los casos por factores derivados de la actividad humana) ésta era una especie muy común en la mayor parte del continente. En casi todo la península Ibérica, por suerte, todavía sigue siendo una especie bastante abundante. Sin embargo, como muy bien dices, en la cornisa cantábrica parece ser que siempre ha sido un anfibio raro y localizado.
    Mi duda es, ¿sabes tú David, o alguno de los habituales del Blog, el porqué de ese tradicional "vacío cantábrico" dentro de esa área de distribución europea?. A grandes rasgos, ¿cuáles han sido los factores que han impedido la colonización de esa parte del territorio peninsular?.

    Gracias, perdón por aportar una incógnita y no un comentario más aclaratorio, y un saludo.

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    1. Hola,
      la verdad es que yo no te puedo responder, porque no tengo información detallada. O sea, que lo que no se realmente es si la especie estuvo siempre ausente (o muy poco representada en esa zona) o si la situación actual es fruto de una regresión a partir de una distribución más amplia. Lo cierto es que hay muchas especies, no sólo de anfibios, que tienen una distribución parecida, con ese vacío cantábrico, al igual que hay otras especies que tienen el límite sur de distribución en la zona cantábrica.

      Yo me inclinaría a pensar que la especie nunca fue abundante en esa zona (aunque más que ahora, probablemente porque en los periodos interglaciaciones hubiera quedado aislada. En ese caso, las poblaciones relictas tienen más peligro de desaparecer si cambian las condiciones ambientales.

      De todas formas, como ya te comenté, no tengo información suficiente para asegurarlo, pero se agradecería que si alguien tiene otra idea o tiene más datos, lo comente.

      un saludo

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    2. Gracias por la atención David. Sí, la verdad es que es todavía se dispone de muy poca información para explicar el porqué de los patrones de distribución de muchos anfibios y reptiles en el norte de España (escasa presencia de Podarcis muralis en Galicia, de Lagartija serrana en el cantábrico oriental, de la no presencia de Z. Longissimus en al noroeste de la península, etc, etc...).

      Un saludo y gracias.

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  2. Cuando yo era chaval, en la playa de Barru (Llanes) aún había cierta continuidad entre los restos de las dunas secundarias que todavía persisten y el complejo de lagunas posdunares hoy reducido a la mínima expresión y empotrados entre bloques de apartamentos. Por entonces, hablo de finales de los 80, no era difícil ver los rastros de los sapos corredores sobre la arena, e incluso encontrarse con ellos si uno madrugaba. Me imagino que no quedará ni rastro ni de ellos ni del ensordecedor griterío de las Hyla arborea que emanaba en las noches cálidas desde las lagunas...
    Un saludo,
    Luis

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  3. Que bien, me ha encantado saber lo de la doble hilada en el Sapo corredor, no lo sabía, te enviaré por e mail una foto (no muy buena pero interesante) de una freza en Sierra Morena que yo intuí por el entorno que era suya, pero ahora me lo has aclarado.
    Por aquí por el Sur es muy abundante.
    Saludos profesor.

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