martes, 25 de noviembre de 2014

Las salamandras del Cementerio de los Peregrinos de la catedral de Oviedo

Las salamandras son anfibios urodelos que normalmente se encuentran en zonas con un elevado grado de humedad, muchas veces dentro de bosques umbríos cubiertos de musgo. Pero toda regla tiene su excepción y en el caso de las salamandras, las poblaciones que habitan en la ciudad de Oviedo, de las que ya os he hablado muchas veces, son una de ellas. 


La mayoría de estas poblaciones urbanas se encuentran en pequeños jardines rodeados de muros de piedra o cemento que les proporcionan los refugios de los que salen al llegar la noche y donde permanecen escondidas los días más fríos del invierno y los más calurosos del verano.

Pero no todas estas poblaciones son así. Seguramente, la población más singular de todas sea la que se encuentra en el Cementerio de los Peregrinos de la Catedral de Oviedo, un pequeño patio de poco más de 100 metros cuadrados situado entre la Cámara Santa y el Monasterio de San Vicente, donde actualmente se ubica el Museo Arqueológico de Asturias.


Este lugar, cuya construcción se ha datado en el siglo IX, durante el reinado de Alfonso II, ha sufrido importantes alteraciones durante todo este tiempo. La más importante de todas ellas fue el bombardeo de 1934, que destruyó la cámara santa y parte de los muros que la rodeaban. Desde entonces, este espacio ha cambiado mucho y se han sucedido las obras de restauración del mismo, que han supuesto la reconstrucción de los muros y el consiguiente rejunteado de muchos de ellos. Asimismo, en la última intervención, finalizada hace escasamente un año, se sustituyó la superficie de hierba del patio por una de grava y se pavimentó parte del mismo.

Neonato de 60 mg encontrado durante un muestreo nocturno en el Cementerio de los Peregrinos

Conocíamos desde hace tiempo varias referencias a la presencia de salamandras en este lugar, pero a principios de este año hicimos la primera visita cuando las obras estaban a punto de concluir. Cuando llegamos y vimos el aspecto del patio, lo que menos podíamos esperar era que hubiera sobrevivido alguna salamandra, así que sin demasiadas esperanzas nos pusimos a buscar entre las pocas grietas que aún quedaban en los muros. Y ante nuestros ojos apareció una de ellas, una hembra adulta que sin demasiada prisa se escondió de nuevo en su refugio. ¡¡Allí estaban!!

Os recomiendo que veáis este vídeo, grabado por Guillermo Velo-Antón, que filmó ese mismo día y en el que se puede apreciar la singularidad de este lugar, donde lo último que esperaríais encontraros sería una salamandra.


Esta pequeña población de salamandras, que vive completamente aislada del resto de poblaciones de la ciudad, son una muestra de la capacidad de adaptación de muchos animales para sobrevivir en  los ambientes más hostiles que nos podamos imaginar. Ojalá puedan seguir aquí durante muchos siglos más.

NOTA: si queréis ver el vídeo en HD y en pantalla grande, sólo tenéis que hacer click sobre la palabra vimeo y una vez que se abra la ventana volved a hacer click sobre las cuatro flechitas de la barra inferior a la derecha.

6 comentarios:

  1. Cuál crees que es la base de su dieta allí? No creo que haya los mismos invertebrados, ni especies ni densidad, que en un bosque caducifolio, no?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues yo creo que problemas de alimentación no tienen. Hay muchas babosas, larvas de típulas y entre las grietas de las rocas, donde hay algo de tierra hay bastantes lombrices. No creo que la alimentación sea limitante.

      Eliminar
  2. Esto es una pasada David, no se si único, pero una pasada. Cada vez que leo más sobre las salamandras de Oviedo, más me sorprende. Como dices, ojalá puedan seguir ahí durante muchos siglos más. Un abrazo desde Castro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo llevo varios años trabajando con ellas y aún me sorprende ver donde están. El sitio es digno de ver, porque es minúsculo y lo menos "salamandrero" que te puedas imaginar.
      un abrazo

      Eliminar
  3. Que pasada. Con lo que me cuesta ver a esta especie en el campo.
    Es más. En mi ciudad, Zaragoza, cada vez es más difícil ver cualquier especie de herpeto. Cosa no era tan difícil cuando era crío. Una pena.
    Larga vida a las salamandras!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo más curioso es que yo nunca vi en el campo densidades tan altas como las que encuentro en Oviedo. Desde luego es algo especial.

      Eliminar

Todo el mundo es libre de expresar sus opiniones, pero os agradecería que no escribieseis comentarios anónimos, al menos para tener un nombre al que dirigirse al establecer una conversación. Si no teneis una dirección de correo que permita poner el nombre al inicio, podéis firmalos al final del texto.

No admitiré insultos, el que insulte, falte al respeto a los demás o pretenda hacer de este blog una tertulia de tele5, que sepa que sus comentarios serán eliminados.

Gracias