jueves, 21 de julio de 2016

Los niños que jugaban con las vacalorias

En las noches de verano, las vacalorias (ciervos volantes, Lucanus cervus) aparecen volando atraídas por la luz de los faroles. Después de haberse pasado hasta 5 años comiendo la madera podrida de los árboles durante su fase larvaria, su vida adulta es muy breve, tan solo un par de semanas en las que su único objetivo será aparearse para que las hembras puedan depositar sus huevos y así continuar el ciclo.




Durante esos pocos días se alimentarán de la savia de los árboles heridos y de los jugos de la fruta madura y tendrán que arreglárselas para escapar de los muchos depredadores que verán en ellos una buena provisión de proteínas.

Los machos están provistos de una impresionante cornamenta, que en realidad son sus mandíbulas modificadas, con las que lucharán con otros machos por la posesión de las hembras. En muchas ocasiones ni siquiera necesitan usarlas, ya que su sola presencia es suficiente para intimidar a los machos más pequeños. En esta especie los machos pueden medir desde 3 hasta 9 cm, y los machos más pequeños apenas tendrán posibilidades de aparearse con las hembras, que  más pequeñas y sin sus mandíbulas modificadas, solo tendrán que esperar al ganador.


Hace unos días, durante una cena al aire libre con unos amigos, apareció volando uno de estos insectos y me sorprendió la reacción de la mayoría de ellos, que después de gritar despavoridos como si hubieran visto al demonio aparecer a los postres, me juraron que mordían y picaban, poco antes de decirme en coro que los mataban nada más verlos "por si acaso". No hace falta ser muy sagaz para imaginarse las expresiones de desagrado cuando me vieron cogerlo y soltarlo detrás de un muro para ponerlo a salvo.

De poco valieron mis explicaciones, de poco sirvió decir que eran insectos inofensivos y que además eran muy beneficiosos porque hacían el trabajo sucio de reciclar la madera muerta. Y de mucho menos decirles que era una especie protegida (incluida en el Anexo III del convenio de Berna de 1979, incluida en el Anexo II de la Directiva Hábitat de la Unión Europea e incorporada como “especie de interés especial” al Catálogo Nacional de Especies Amenazadas de España).

No son pocas las veces que tengo la sensación de que nada cambia por mucho que expliques, comentes o publiques, pero afortunadamente no siempre es así. Media hora después del amago de linchamiento a la pobre vacaloria, otra llegó volando y se posó unos metros más lejos de donde estábamos, justo en la mesa donde los niños habían amontonado una enorme colección de piedras, caracoles y hierbas, afortunadamente lejos de la mirada de sus padres. Me acerqué dispuesto a volver a salvar al pobre animal, pero no fue necesario. Los niños, contrariamente a los adultos, se quedaron mirando al enorme escarabajo, lo tocaron y lo inspeccionaron por todas partes, y sorprendidos vieron como se volvía a marchar volando mientras se reían.

NOTA: haced clic en las fotos para verlas a mayor tamaño. Si queréis conocer un poco más sobre la vida de los Ciervos volantes y de sus parientes ibéricos, podéis consultar la página del GRUPO DE TRABAJO SOBRE LUCANIDAE IBÉRICOS

24 comentarios:

  1. Hola, a mi me encantan, es una pena que siempre se las espachurre "por si acaso..." Tienen la misma mala suerte de las culebras, las musarañas, los topos... Y cada vez se ven menos, cuando yo era pequeña todos los días veía varias revoloteando alrededor de la casa de mis abuelos, era algo típico del verano, ahora cuando veo una se convierte en una grata sorpresa y me alegra saber que hay gente que las contempla, respeta y admira :)

    Saludos

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    1. Lo de "por si acaso" es la muestra más patética de la ignorancia que nos rodea. Además no pensamos en "por si acaso no la toco no sea que muerda", pensamos "en por si acaso la mato así no muerde seguro".
      Las vacalorias yo aún las sigo viendo, puede que menos pero seguramente no porque las mate la gente, sino porque cada vez tienen menos bosques de robles y otras frondosas.

      un saludo

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  2. Aunque es cierto que,muchas veces,la impresión es que nada ha cambiado con respecto a hace 40 ó 50 años,lo cierto es que,por fortuna,las nuevas generaciones son,en general,mucho más respetuosas con estos ,y otros animalillos tradicionalmente denostados(culebras,arañas,insectos de todo tipo,etc...).Cierto es también,que aun queda mucho camino por andar,pero las enseñanzas del irrepetible Rodríguez de La Fuente,del genial David Attemborough,de Jacques Cousteau y las de tantos otros divulgadores de la naturaleza,parece que no han caido en saco roto y que,paso a paso,van dando sus frutos.

    Saludos cordiales

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    1. Hola Justo, yo sigo pensando que los niños son la única esperanza que nos queda. Los adultos somos demasiado orgullosos para cambiar de opinión, aunque nos pongan la realidad delante de las narices preferimos no cambiar "por si acaso". A mi todavía me sorprende ver a gente relativamente joven que se sigue creyendo las hostorias de las avionetas que lanzan topillos y culebras o las de los lobos asesinos de niños.

      un saludo

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  3. Hace unos años me pasó lo mismo, pero en la cena no había niños. El ciervo volante y yo salimos vivos de milagro, jejeje. Me ha encantado el artículo David, un fuerte abrazo.

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    1. Hola Germán, pues la verdad es que yo me quedé muy sorprendido. Estoy acostumbrado a ese tipo de gritos de histeria cuando cojo una Natrix, un sapo o una salamandra, pero montar esa movida por un ciervo volante me sobrepasó. Me quedé alucinao, además éramos unos cuantos y todo el mundo con la milonga de que mordía y era peligroso.
      un abrazo!!

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  4. Esa es la idea, los niños tienen que aprender. Pero con esos padres será difícil.
    A mi me paso lo mismo con las culebras, los niños curiosos la querían ver, pero los adultos no les dejaban ni arrimarse a la pecera donde la tenia recogida para llevármela lejos.

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    1. Si que es difícil, pero no hay que perder la esperanza. A pesar de todo, yo creo que mirándolo con perspectiva antes era mucho peor, cuando incluso estaba bien visto matar todo lo que se movía. Antes a los niños les regalaban escopetas de perdigones para matar pájaros, ahora eso es casi impensable. El problema es como dices muchos adultos que siguen con esas ideas y las van trasmitiendo a los hijos, pero también hay otros muchos padres que les explican las cosas. Es cierto que yo conozco a los dos tipos de padres, pero confío en que aunque llevará tiempo al final cambiarán las cosas.
      un saludo

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  5. Miguel Ángel de la Cruz Alemán22 de julio de 2016, 11:55

    Amarga y esperanzadora experiencia, David.
    Por aquí (Talavera, Toledo) tenemos la suerte de contar con estos extraordinarios animales en algunos robledales y he disfrutado mucho con ellos. Creo que además de la infundada repugnancia de la gente, otra amenaza es los atropellos en carreteras, como he podido comprobar.

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    1. Hola Migue, aquí todavía se ven bastantes. Es más un problema de educación, porque como bien dices, los problemas de los ciervos volantes y de otros muchos animales están más relacionados con la destrucción del hábitat y con otras muchas cosas relacionadas con nosotros, como los atropellos (también ocurre con los anfibios).
      un abrazo

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  6. Hola, muy buena entrada. Debe ser impresionante verlos.
    A mi también me ocurre, sobretodo con las serpientes. Gracias a que hay gente como todos nosotros se evitan muchas muertes de animales inofensivos (y aunque fuesen peligrosos, no somos nadie para provocar su muerte).

    Un saludo desde Valencia!!

    Pablo, https://esesitiodelbosque.wordpress.com/

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    1. A mi también me ocurre con las serpientes. Ya no se ni las veces que me llega gente con serpientes, siempre espachurradas, a preguntarme que son. La mayoría de las veces son culebras de agua inofensivas y por más que digo que les digo que las dejen tranquilas, que así seguro que no les hacen nada, no hay manera en la mayoría de las ocasiones. Afortunadamente alguno ya ha cambiado y no las toca, algo es algo.
      un saludo

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  7. Interesante artículo... en mi niñez se veían con más frecuencia... hace años que no veo una. En galicia las llamamos "Vacalouras" y "Escornabois"
    Saludos

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    1. Afortunadamente, yo las sigo viendo a menudo, sobre todo en verano, pero quizás menos que antes. Teniendo en cuenta como están desapareciendo los bosques autóctonos, sobre todo en la costa cantábrica, cada vez se verán menos. Una pena.
      un saludo

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  8. hola,soy de la coruña ,galicia,este escarabajo,es muy popular donde hay cerezos,tambien higueras,tienen una lengua amarilla que al morder dichos frutos absorben el jugo,nunca los vi comiendo madera,si es cierto que depositan al menos dos larvas enorme que luego se convierte en "escarnabois",eso msi es lo hacen en maderas podridas,este nombre es muy popular en mi aldea(en gallego),tambien se le conoce como ciervo volante

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    1. Hola Robert, las que se alimentan de madera podrida son las larvas, como bien dices, los adultos se alimentan de sabia de los árboles y del jugo de las frutas maduras.
      un saludo

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  9. Muy buen artículo y muy interesante; hay mucha gente que no se preocupa de si un insecto o animal en general es inofensivo o incluso beneficioso(véase los murciélagos que limpian el aire de mosquitos). Sí que es cierto que, en general, los niños son más "abiertos".

    Una pequeña nota: lo que tienen los árboles es savia, no sabía (bendito autocorrector ;) )

    Un saludo

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    1. Gracias por tu comentario, y por la corrección. El autocorrector a veces si que juega malas pasadas, jeje, me cambió "savia" por "sabía". A veces se pasa de listo.
      Un saludo

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  10. A mí, a veces, me cuesta creer como hemos sobrevivido porque he escuchado mil historias de picaduras, mordeduras e incluso poderes sobrenaturales... si realmente todas esas historias fuesen.ciertas hace tiempo que nos hubiésemos extinguido jeje Soy de galicia donde por historias que no quede porque ya se sabe "haberlas hailas" y muchas de ellas son realmente ridículas, una d las primeras que me dijeron cuando llegué al pueblo es q no duerma en el monte debajo de una árbol porque irán a por mí los lagartos (qué lagartos? O_O) y pueden desde morderme hasta echarme veneno para hipnotizarme. Mi reacción fue decir "y qué me pasa? actuaré como lagarto?" y por lo visto, no. El problema es q entraría en una especie de sueño profundo del q no podré salir (tipo bella durmiente xDD).... ahora me explico la cantidad de mujeres que me encuentro por los bosques durmiendo xD También me advierten mucho de las culebras, según dicen todos por aquí se emcuentran con un montón de ellas todos los días... yo saco a pasear a mi perra 3 veces al días por caminos, montes y lo que se ponga por delante y salvo una vez q vi la piel que una dejó abandonada después de mudarla nunca vi nada... o mucho ven los otros o yo estoy muy cegata xD

    En cuanto a insectos, es cierto que me da bastante grima pensar en que se me pongan encima pero no los mato, ni pienso q me vayan a comer, simplemente les dejo su espacio no vaya a ser que por error vuelen o salten hacia m8 jeje

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    1. Hola Mari, tienes toda la razón, las leyendas urbanas dan para escribir unos cuantos libros. Lo sorprendente es que con la cantidad de información de que disponemos ahora, siga habiendo gente que prefiera hacer caso a las supersticiones "por si acaso".
      un saludo

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  11. Yo antes todos los veranos tenía vacalorias en el jardín gracias a los olmos que tengo y siempre podía juntar a un par para que se peleasen. No obstante hace más de 8 años que no veo ninguna, se dice pronto, es una pena.

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    1. Hola Aitor, hay zonas en las que han desaparecido, sobre todo porque antes han desaparecido los árboles de los que se alimentaban y se han sustituido por plantaciones de árboles que no consumen. Una pena en todos los sentidos

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  12. Hola David! Esta especie está sujeta además a un montón de leyendas, supersticiones, etc. Yo aún recuerdo que siendo niño (esto es, en los ochenta), practicamente todos los adultos de mi entorno, incluída mi madre, llevaban un "cuerno" de vacaloura en la cartera porque daba buena suerte. A pesar de ello aún tengo la suerte de poder disfrutar de algunas todos los veranos, provenientes de la pequeñita mancha de robledal y bosque de ribera que resiste entre los eucaliptos. Un abrazo!

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    1. Lo del cuerno de vacaloria en el bolsillo no lo conocía. Pero está claro que a supersticiosos no nos gana nadie.
      un abrazo

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