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domingo, 27 de mayo de 2012

Superhéroes en miniatura

Macho de Aelurillus v-insignitus

Por lo general, nuestra perspectiva del mundo se limita a lo que tenemos a la altura de los ojos. Algunas veces nos fijamos en lo que ocurre por encima de nuestras cabezas, pero muy raramente prestamos atención en lo que pasa a ras del suelo, y mucho menos a la ingente cantidad de animales que hacen su vida allí abajo, totalmente ajenos a nosotros y a nuestras miserias. Algunos son tan pequeños, que sólo si nos arrastramos por el suelo y nos ponemos a su altura nos delatarán su presencia. Y al descubrirlos, desaparecerán de nuestra vista como por arte de magia.


Pero que no nos engañe su tamaño, porque a pesar de ser poco más grandes que la cabeza de un alfiler, son unos fieros depredadores que pueden cazar presas 5 veces más grandes que ellos, levantar 50 veces su peso y dar saltos 25 veces más largos que su propio tamaño. Imaginemos por un momento que nosotros fuéramos capaces de saltar 45 metros, y no una vez, sino varias seguidas sin esfuerzo aparente. Si a todas estas cualidades le unimos que con sus ocho ojos, los dos centrales especialmente grandes, tienen un campo de visión de 360º y que además disponen de unos quelíceros capaces de inyectar un potente veneno paralizante, todos los superhéroes fruto de nuestra imaginación a su lado nos parecerán tan inofensivos como un teletubi.

Macho de Heliophanus tribulosus

Estos extraordinarios animales son los Saltícidos, un grupo de arañas compuesto por más de 5000 especies, que se distribuyen por prácticamente todo el mundo y que por razones obvias reciben el nombre común de arañas saltadoras.

La semana pasada estuve dando una vuelta por el Cabu Peñes y en una zona próxima al acantilado, mientras hacía unas fotos de unas plantas, vi unos pequeños animalitos que se movían por el suelo. Al principio pensé que eran hormigas, pero al agacharme pude comprobar que eran varios Saltícidos que se desplazaban rápidamente entre las piedras. En ese momento, me olvidé de las flores y empecé a fijarme en ellos, y me quedé atontado durante media hora observándolos y tratando de hacerles una foto, que por cierto no fue nada fácil.

 Saltícido (Heliophanus tribusosus) mirando a un Petrobius maritimus

De repente, un  Petrobius maritimus (Orden Thysanura o pececillo de bronce) que subía por una piedra se encontró cara a cara con una de estas arañitas. Yo estaba esperando a que la araña saltara sobre el tisanuro, pero los dos se quedaron paralizados durante casi un minuto, como si se estuvieran analizando. Para mi sorpresa no ocurrió nada, después de ese intercambio de miradas se dieron la vuelta y se marcharon cada uno por su lado. Evidentemente no puedo saber lo que se les pasó por la cabeza a cada uno de ellos, pero probablemente la araña no se sintiera demasiado atraída por esta presa y no le mereció la pena atacarla. Seguramente alguna mosca u otro insecto más apetitoso andaría cerca.

Los Saltícidos no son solo conocidos por sus excepcionales habilidades para la caza. Estas arañas han sido muy estudiadas por las elaboradas pautas de apareamiento que despliegan, en las que el macho se exhibe ante la hembra moviendo sus patas y sus palpos para impresionarla. Y esa danza no es algo que el pretendiente pueda tomarse a broma, porque incluso el cortejo entre los saltícidos es a vida o muerte. Si la danza del macho o su aspecto no son lo suficientemente atractivos para la hembra, tiene muchas posibilidades de cambiar su estatus de novio por el de suculenta cena.

Pero si hay una especie que ha llevado hasta el límite estas exhibicones nupciales, esa es la Araña pavo real (Maratus volans), una especie de saltícido nativo de Australia que tiene un colorido y un cortejo tan elaborado como el de las aves del paraíso. Aquí os dejo un video en el que se ha conseguido grabar por primera vez en libertad el cortejo de esta especie. Os aseguro que es un auténtico espectáculo que os va a dejar con la boca abierta. (Había insertado unos subtítulos en castellano pero los han eliminado por temas de copyright, lo siento)



Por otra parte, este vídeo es una prueba irrefutable de cómo la evolución puede llegar a soluciones casi idénticas en grupos de animales tan separados filogenéticamente como una araña y un ave.

NOTA: quisiera agradecer a José Carrillo y a Rafael González, dos de los expertos de la página Biodiversidad Virtual, la identificación de estas especies de saltícidos. Por cierto, la cita de Aelurillus v-insignitus, ha sido la primera cita para Asturias, lo que es una prueba más de lo poco que nos fijamos en lo que tenemos a nuestros pies. Como siempre, haced click en las fotos si las queréis ver a mayor tamaño.

domingo, 10 de abril de 2011

La noche del cazador

Araña (Familia Tetraghnathidae) inoculando su veneno en una presa poco habitual, una lombriz de tierra.

Cuando oscurece, muchos depredadores que habían permanecído ocultos durante el día abandonan sus escondites y salen a buscar alimento. Cuando pensamos en esos animales, solemos olvidarnos de que bajo nuestros pies se encuentran los depredadores más sofisticados de nuestra fauna, que en la mayoría de las ocasiones no suelen medir mas de dos o tres centímetros de longitud. Algunos fabrican trampas para capturar a sus presas, otros disponen de venenos capaces de matar instantáneamente, otros inoculan sustancias paralizantes y enzimas que digieren los tejidos blandos que luego sorben una vez que se han licuado completamente. Algunos persiguen a otros animales que les pueden doblar en tamaño matándolos con sus mandíbulas especializadas.

Amaerobius sp. en su madriguera esperando a su próxima víctima

Las arañas son  todas depredadoras y representan perfectamente a este gremio de cazadores, la mayoría son cazadoras solitarias que paralizan a sus presas inyectándoles veneno con sus quelíceros (haced click en la primera foto para verlo en detalle). Todas las arañas poseen unas glándulas productoras de seda que es utilizada por algunas especies para producir complejas redes y también para inmovilizar a las presas una vez que caen en la trampa. Otras en cambio, como los Licósidos, fabrican madrigueras y trampas que usan para cazar al acecho. Aunque muchas son diurnas, la mayoría cazan de noche.

Escolopendra corriendo por una pared vertical

Otras especies de cazadores nocturnos son las escolopendras. Estos miriápodos, al igual que las arañas, utilizan potentes venenos para matar a sus víctimas. En el caso de las escolopendras persiguen a otros artrópodos y los capturan con el último par de patas que dispone de unas uñas modificadas para la caza. Posteriormente, mediante unos apéndices denominados forcículas, les inyectan una solución que contiene una combinación de veneno paralizante y enzimas digestivos que al igual que en el caso de las arañas comienzan la digestión extracorporea.

Carabus (Chrysotribax) rutilans

Pero no todos los artrópodos cazadores son venenosos, muchos son cazadores más "tradicionales" que provistos de fuertes mandíbulas capturan a otros invertebrados para posteriormente devorarlos. Entre estos cazadores, unos de los más especializados son los carábidos, que son unos insectos coleópteros que en ocasiones tienen colores metálicos muy llamativos.