martes, 23 de enero de 2018

Enero en Villafáfila: avutardas, gansos y poca agua

Ya hacía varios años que no iba a Villafáfila en invierno, a pesar de que está a tan solo un par de horas de mi casa y la visita nunca suele defraudar. El pasado fin de semana coincidió que tenía otra visita planeada muy cerca y solo tenía que desviarme unos kilómetros, así que no tenía excusa y aproveché para pasar el día por allí. 


Este año no ha sido de los mejores, ya que la prolongada sequía que afectó a la mayoría de la península había dejado prácticamente secas todas las manchas de agua y solo las lluvias de hace unas semanas habían servido para reverdecer un poco los campos de cereal y cubrir de agua parte de las grandes lagunas, aunque muchas de ellas permanecían completamente secas.


Al poco de salir de la autovía y tomar la carretera que lleva al pueblo de Villafáfila ya vi los primeros puntos blancos que delataban la presencia inconfundible de las avutardas. La reserva de Villafáfila es actualmente la mejor zona de España para esta especie, lo que la convierte en la mejor zona del mundo, ya que en tan solo 300 km2 se concentran más de 2000 ejemplares de los 25.000 de toda Europa (19.000 de los cuales están en España).

  

Lo que si me sorprendió es que entre todas las veces que estuve en Villafáfila, nunca había visto tantas  y sobre todo en grupos tan grandes como ese día, ya que algunos superaban los 100 ejemplares, entre los que se mezclaban hembras y machos, que resaltaban por su gran tamaño comparados con ellas. Teniendo en cuenta la delicada situación por la que pasan las aves esteparias en el mundo, la conservación de este lugar se hace cada vez más necesaria.

Como ya había comentado al principio, solo las lluvias de las última semanas contribuyeron a arreglar un poco lo que prometía ser uno de los peores años para las aves acuáticas invernantes en Villafáfila, sobre todo para la invernada de los ánsares comunes (Anser anser). 


Los mejores años se llegaron a censar hasta 30.000 ánsares en estas lagunas, aunque en las últimas invernadas se había producido un descenso que según algunos autores podría estar relacionado con el cambio climático, ya que los inviernos más suaves hacen que muchas aves permanecen en países del centro de Europa donde antes no invernaban. Lo cierto es que en este invierno, el máximo de ánsares comunes censados en la reserva no llegó a 5000 aves, de las que hace tan solo unos días solo quedaban 2800.

Bando de ánsares comunes sobrevolando un grupo de 14 ánsares caretos

Lo más llamativo de la invernada de este año fue la presencia de un gran bando de Ánsares caretos (Anser albifrons), que alcanzó 91 ejemplares el 29 de diciembre del año pasado, coincidiendo con una invernada espectacular para esta especie en otras zonas de la península ibérica. El pasado viernes, cuando visité la reserva, pude ver un bando de 14 ejemplares, aunque los otros según me comentaron, todavía seguían por la zona.


Aparte de las especies más carismáticas de la reserva, en la laguna grande, que por fin se había llenado de agua, había grandes grupos de patos cuchara, azulones, porrones y tarros blancos. En los campos de los alrededores, varios grupos de perdices comunes y unos cuantos aguiluchos pálidos me dieron otra alegría, sobre todo porque no son muchas las veces que podemos ver estas especies en Asturias, cada vez más escasas y amenazadas.


Después de unas cuantas horas recorriendo la reserva, el sol se iba ocultando tras las lomas y los gansos que aún comían en los rastrojos y los sembrados empezaban a volar de un lado a otro, esperado hasta que apenas quedaba luz para moverse a la laguna a pasar la noche. Allí en el agua podrán dormir seguros y evitar los ataques de los zorros y otros depredadores.

En el siguiente vídeo podéis ver algunas de las imágenes que he grabado el pasado viernes, entre las 11 de la mañana y las 18:30h, cuando apenas quedaba luz y el cielo se tiñó de rosa y después de un naranja intenso.  


Si tenéis oportunidad de visitar la reserva de Villafáfila aún estáis a tiempo de disfrutar de muchas de las aves invernantes que pronto regresarán a los lugares de cría en el norte de Europa. De todas formas, con la llegada de la primavera aparecerán las aves reproductoras, como los cernícalos primillas y las lechuzas campestres y algunas residentes, como las avutardas, comenzarán sus ruedas y paradas nupciales.

1 comentario:

  1. Me sorprendió ver ayer sobre Pamplona (pasan teniendo como referencia la cúpula de un monumento) un bando de 37 ansarones, prácticamente identificables a simple vista. De norte a Sur, sin ningún humedal al Norte, supongo que vendrían de Francia por un frente frío allá. Preciosas imágenes, y bonito día de campo ¿no?

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