jueves, 15 de septiembre de 2022

De los gorriones de Mao Tse Tung a los mosquitos de Xi Jinping

A finales de los años 70 del siglo pasado se emitía en TVE un programa que se titulaba "La segunda oportunidad", que presentaba Paco Costas y en el que se comentaban accidentes de tráfico y cómo evitarlos. Recuerdo que el encabezamiento del programa era un coche que se estrellaba contra una roca en medio de la carretera y luego rebobinan la película (o como se diga ahora) y en la nueva escena, el coche evitaba el accidente, mientras una voz en off decía "El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra".


Pues todo este rollo viene a cuento de la noticia que ha aparecido estos días en la prensa según la cual, el gobierno chino estaría planteandose eliminar todos los mosquitos para así eliminar las enfermedades que ellos transmiten. Una política que iría en la linea de la que propuso en 2002 George Bush junior, ese gran estratega, de talar todos los árboles para así acabar con los incendios.

Esta brillante idea del gobierno chino tiene un gran parecido con la idea que tuvo Mao Tse-Tung en los 60 del siglo pasado con los gorriones, cuando pensó que si un solo gorrión podia comer 4 kilos de grano al día, si se mataran todos los gorriones, eso serviría para que todo el grano que ya no comerían los gorriones lo pudieran comer las personas. 

Así que se pusieron manos a la obra y tras una intensa campaña difamatoria en la que pusieron a los gorriones como los auténticos jinetes del Apocalipsis, animaron a intervenir y matar todos los gorriones que pudieran. Y tanto éxito tuvo la campaña que la gente usó todas las armas a su alcance, desde destruir sus nidos a envenenamientos masivos, hasta que en pocos años casi lograron extinguirlos. Curiosamente, unas pequeñas poblaciones urbanas consiguieron salvarse porque quedaron encerradas en algunas embajadas de otros paises que prohibieron el acceso a los aniquiladores de gorriones.

Exhibición de varios centenares de miles de gorriones matados por un grupo de campesinos chinos (Sovfoto / Universal Images) 

¿Cuál fue la consecuencia? ¿Hubo más grano en las despensas de la gente? Pues ocurrió todo lo contrario, el descenso de la población de gorriones hizo que las plagas de algunos insectos, sobre todo de langostas migratorias, se extendieran sin control y arrasaran con las cosechas, acabando con el alimento de la población y provocando la gran hambruna china en la que se estima que murieron más de 50 millones de personas. Habían olvidado, entre otras cosas, que los gorriones, además de grano, consumen muchos insectos, sobre todo durante la época de reproducción.

Finalmente, aunque nunca de forma explícita, el gobierno chino tuvo que admitir su error con los gorriones y Mao Tse Tung apareció en la televisión y en los carteles publicitarios en la que decía a la gente que se olvidara de los gorriones. Aun así, la población de gorriones se había reducido tanto que el gobierno chino pidió ayuda a la URSS para que les enviara un cargamento de gorriones para tratar de restaurar las poblaciones que habían sido diezmadas. Y según cuentan, el propio Nikita Jruschov se implicó en dicha repoblación y envió en secreto un barco con mas de 200.000 gorriones para que la población no se enterara de que Mao había cometido un error garrafal que había costado millones de vidas humanas.

De todas formas, la campaña de descrédito de los gorriones por parte del estado habia calado tan profundamente en la sociedad que siguieron matándolos y de nada sirvió que se declara especie protegida. Tal era la mala fama que tenían los gorriones que en el año 2001, el propio gobierno tuvo que hacer una nueva campaña para limpiar su imagen.

¿Qué pasará con los mosquitos? ¿Serán los nuevos gorriones de Xi Jinping? El tiempo lo dirá, pero suele pasar que cada vez que jugamos a ser dios, salimos escaldados.

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