viernes, 26 de diciembre de 2008

Tortolas turcas: ¿una nueva plaga?

La Tortola turca (Streptotopelia decaocto) es una especie que se ha extendido rápidamente, colonizando nuevos países a una velocidad vertiginosa, sin que aun sepamos realmente cómo lo ha hecho. La distribución original de este especie estaba restringida a la península de Anatolia, en Asia menor, desde donde ha comenzó a expandirse a partir del siglo XIX. A mediados del siglo XX ya se encontraba en Japón, los Balcanes e Irak y a partir de entonces ha empezado a dispersarse a través de Europa, llegando a Francia en 1950, a Suecia en 1951 y a Gran Bretaña en 1952. La primera observación de Tortola turca en España se produjo en Asturies en 1960, confirmándose su reproducción en la ciudad de Santander en 1974.

En la década de los 80 del siglo XX empezó a aparecer en el sur de España y al poco tiempo apareció en Marruecos y en las islas Canarias. La velocidad a la que se ha dispersado es aun más increible si tenemos en cuenta que se trata de una especie no migratoria.
Actualmente se encuentra en medio mundo, siendo una una especie muy común en parques y jardines y que ha desplazado en muchas zonas a la Tortola común (Streptopelia turtur) con la que compite por el alimento y el hábitat.
Al contrario de lo que ocurre con otras especies de reciente aparición, que han sido introducidas por el hombre a partir de animales escapados accidentalmente o soltados por algunos irresponsable, en el caso de la Tórtola turca la dispersión se ha producido naturalmente.
En algunas zonas de España, ya es considerada una plaga y se han diseñado planes de choque para acabar con ellas, por ejemplo en Aragón (La voz de Aragón, 2/11/2004). Una vez más se vuelve a denominar plaga a una especie porque sus ruidos y excremento molestan al sensible ser humano, el mismo cuyas costumbres silenciosas y respetuosas con el medio ambiente dejan mucho que desear.
La expansión de la Tortola turca tiene cierto paralelismo con nuestra propia historia. Nos hemos expandido por todo el mundo en un tiempo record, pero al contrario que las tórtolas, nos hemos comportado como una auténtica plaga, destrozando todo a nuestro paso, arrasando y llenando de mierda cada rincón del planeta y permitiéndonos el lujo de decidir que especies nos conviene que sigan existiendo y que especies son prescindibles, por el simple hecho que que nos molesta su presencia.

2 comentarios:

  1. ANTONIO TORTOSA SALAS17 de junio de 2009, 22:30

    soy de almeria y hace aproximadamente cinco años no se veia ni una.En un año ya se comenzaron a ver algunas parejas y ya por entonces se criaba en cautividad como a las palomas, quizas traidas de las zonas de España en donde había más.Sorprendía ver alguna por la ciudad puesto que eran algo reacias al hombre pero al tercer año ya las teniamos comiendo practicamente de nuestras manos en medio de la ciudad y en aquellas zonas de parcelas y cotijos entre balsas y cerros se convirtieron en una plaga que no tiene nombre.Me da pena que la especie salvaje y brava de la tortola común sufra dificultades puesto que ahora pedecen más enfermedades...pero de eso se trata la supervivencia de adaptación y eso la turca tiene un diez por el simple hecho de saber codearse con el hombre y encima sacar partido de él.

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  2. En el parque "Garcia Lorca" de Granada hay una pareja de tortolas turcas jaja ¡Ya vienen!

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