viernes, 16 de septiembre de 2016

Las ballenas jorobadas protegen a otras especies de los ataques de las orcas

En el año 2009, Robert Pitman, un ecólogo marino especializado en aves marinas y cetáceos se encontraba en la Antártida observando un grupo de orcas que trataban de cazar a una foca de weddel. La foca se encontraba sobre una placa de hielo y las orcas nadaban alrededor mientras con movimientos de sus cuerpos producían una serie de olas que barrían la superficie del hielo con la intención de arrastrar a la foca al agua. 

En ese momento ocurrió algo insólito. Dos ballenas jorobadas o yubartas aparecieron en escena y se interpusieron entre las orcas y la foca. Esta última, presa del pánico y ayudada por una ola se subió encima del pecho de una de las dos ballenas que en ese momento estaba panza arriba. La yubarta, con la foca encima, arqueó su cuerpo para mantenerla fuera del agua y cuando empezó a resbalar la empujó con una de sus aletas pectorales hacia arriba para evitar que cayera de nuevo al agua. Poco después la ballena se acercó a una nueva placa de hielo y la foca saltó hacia ella poniéndose a salvo de las orcas. Este episodio quedó grabado en una serie de fotografías tomadas por el propio Pitman, entre ellas la de la yubarta que llevaba sobre su pecho a la aterrorizada foca.

Arriba: orca acosando a una foca mientras es observada por la yubarta. Abajo: Yubarta transportando en su viente a una foca de Wedell tras un ataque de orcas. Fotografías: Robert. L. Pitman

Después de ser testigo de este presumible acto de compasión por parte de la yubarta, Robert L. Pitman viajó por todo el mundo en busca de actos parecidos y asimismo recopiló todas las observaciones ocasionales de escenas similares, tanto observadas por otros biólogos marinos como por turistas. En julio de este año, Pitman y sus colaboradores publicaron un artículo en la revista Marine Mammal Science en el que analizaban un total de 115 interacciones entre orcas y yubartas (Pitman et al, 2016) y comprobaron que como ya se había observado en numerosas ocasiones, las madres defendían con gran intensidad a sus propios hijos de los ataques de las orcas, pero que también lanzaban ataques preventivos contra estos depredadores antes de que estos actuaran. En muchas ocasiones, la intención parecía ser la protección de los ballenatos de otras hembras, pero muy a menudo, y al igual que en el caso de la foca de Weddell que he descrito antes, ayudaron a una especie distinta.

Las yubartas tienen muy pocos enemigos cuando llegan a adultas y solo son vulnerables cuando son muy jóvenes. Los únicos depredadores a los que tienen que temer en esa fase de su vida son las orcas, y las madres yubartas para disuadirlas son capaces de emitir sonidos muy fuertes, aunque si a pesar de esto siguen insistiendo en el ataque no dudan en hacerles frente golpeando el agua con su cola, dando golpes con sus largas aletas pectorales o embistiéndolas. En la mayoría de las ocasiones las madres suelen viajar solas en compañía de sus ballenatos durante la migración que las lleva de las aguas cálidas donde tiene lugar los partos hasta las aguas frías donde se alimentan, y en algunos lugares pueden coincidir varias madres y sus crías. Y en esos lugares, suele haber grupos de orcas esperándolas.

Muchos animales son capaces de unirse para acosar a un depredador potencial, Por ejemplo, es frecuente que cuervos y cornejas, que en muchas ocasiones no están emparentados, se junten en grupos para acosar a un halcón. Este comportamiento, que recibe el nombre de "mobbing" ha sido descrito en varias especies de peces, de mamíferos terrestres e incluso de insectos, pero no había sido estudiado en mamíferos marinos hasta ahora. 

Los resultados de este estudio confirmaron del total de casos en los que las yubartas se enfrentaron a grupos de orcas especializadas en la caza de mamíferos, solo en el 11% de los casos las presas eran crías de yubarta, mientras que el 89% restante comprendía otras 10 especies, que incluían tres especies de cetáceos, seis de pinnípedos e incluso varios casos en la que la especie a la que protegían era un pez, el pez luna.

Localización de las distintas interacciones. El número en el interior de cada punto es el número de interacciones en cada localizacion (Pitman et al, 2016)

Un hecho curioso es que las interacciones entre yubartas y orcas no se localizaban en una zona determinada, lo que podría dejar la duda de que ese comportamiento fuera exclusivo de unos individuos concretos. Las observaciones recopiladas por Pitman y sus colaboradores se repartían por prácticamente todas los lugares donde vive esta especie, por lo que todo indica que no son hechos puntuales sino que es algo generalizado en esta especie.

Las explicaciones a este comportamiento son muy variadas, aunque no se sabe con seguridad por qué las yubartas son capaces de arriesgarse a ser heridas o incluso a morir por defender a individuos de otras especies. Como mínimo, estas acciones supondrían una enorme pérdida de energía. La explicación más lógica podría ser que las yubartas obtienen algún beneficio al interferir en las acciones de caza de las orcas, pero ¿que beneficio pueden ser ese en este caso? 

Este tipo de comportamiento podría mantenerse entre la población de estas ballenas si ocasionalmente tuviera algún beneficio para ellas, que sería suficiente para justificar que en la mayoría de los casos beneficien a otras especies. Según el propio Pitman, los animales tienden a actuar en su propio interés, incluso si las motivaciones en sí no están del todo claras para nosotros. En esta línea, otros investigadores, como Phillip Clapham, un biologo marino de la NOAA, ha sugerido que podría funcionar como una advertencia para el futuro, una forma de decirles a las orcas que se lo piensen dos veces antes de atacar a una yubarta. .

Lo cierto es que este artículo ha abierto de nuevo el debate sobre la existencia de conductas atruistas en los animales, incluso se ha llegado a decir que las yubartas pueden llegar a actuar contra las orcas por venganza. Lo que parece claro es que aún nos queda mucho por aprender de los animales y de sus comportamientos.

Referencias

Pitman RL, Deecke VB, Gabriele CM, Srinivasan M, Black N, Denkinger J, Durban JW, Mathews EA, Matkin DR, Neilson JL, Schulman-Janiger A, Shearwater D, Stap P & Ternullo R (2016) Humpback whales interfering when mammal-eating killer whales attack other species: Mobbing behavior and interspecific altruism? Marine Mammal Science. doi:10.1111/mms.12343.

NOTA: haced clic en las fotos para verlas a mayor tamaño. 




10 comentarios:

  1. Uuff, esto me hace pensar en si estos animales tienen conciencia. Porque ¿se podría decir que muestran cierta empatia con otra especie amenazada por un mismo enemigo potencial?
    Tema complicado. Ahora bien, como se está observando un cierto lenguaje , o comunicación, entre cetáceos ( recientemente se ha publicado la noticia de lo que podría ser una conversación entre delfines mulares) no sería muy descabellado pensar que su inteligencia y sociabilidad es propia de una cultura. No olvidemos que nosotros, lejos de ponerme filosófico, también somos unos animales en evolución...
    Interesante.

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    1. Hola Jaime, cada día está más claro que muchos animales son capaces de sentir empatía. Sobre todo en el caso de animales como los grandes simios o los cetáceos. Y hay muchos estudios que apuntan a la existencia de lo que podríamos denominar cultura. Si seguimos la definición de la RAE, en la que cultura es el conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, es evidente que muchos animales tienen cultura, ya que son capaces de aprender ciertas técnicas, como puede ser el uso de ciertas herramientas en los chimpancés o el perfeccionamiento de estrategias de caza en orcas, por ejemplo, que se transmiten de padres a hijos y que son características de algunos clanes o grupos y que no usan otros grupos.
      un saludo

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    2. Pero las herramientas no son hechas por ellas? son solo objetos q encuentran que usan para un fin, no? o son hechos o modificados para un fin?

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    3. En muchas ocasiones pueden modificarlas. Pueden coger ramas y cortarlas a la medida que necesitan. Pero no solo los chimpances, hay cuervos que son capaces de fabricar herramientas según sus necesidades. Hay varios trabajos que lo explican (http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/267/1441/403)

      un saludo

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  2. Agradezco muchísimo este artículo. Me ha abierto una ventana a comportamientos animales que desconocía totalmente.

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    1. Muchas gracias, Daniel. Hay comportamientos animales muy complejos de los que apenas sabemos nada. Una de las mejores cosas de la ciencia es que aún nos queda mucho por aprender, y casi siempre a cada pregunta que resolvemos nos surgen unas cuantas mas.
      un saludo

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  3. "La vida es una unión simbiótica y cooperativa que permite triunfar a los que se asocian".
    " La simbiosis es la coexistencia, mediante un contacto físico, de dos o más especies diferentes de organismos durante la mayor parte de su vida. Ha sido un mecanismo fundamental de la evolución: para producir cambios evolutivos rápidos, las relaciones simbióticas que se convierten en permanentes son más eficaces que las mutaciones al azar. Por ejemplo, hay algas que, para colonizar lugares donde se alternan las condiciones de humedad y sequía, han establecido una asociación simbiótica con hongos que crecen a la orilla del mar y han formado líquenes costeros. Y si se privara a una vaca de los microorganismos que contiene su aparato digestivo, que la ayudan a digerir la celulosa, moriría de desnutrición en unas pocas semanas. El alga y el hongo, o la vaca y sus microorganismos, han expandido su ambiente estableciendo relaciones simbióticas permanentes e integradas."
    de Margulis.

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    1. Hola Ramón, yo creo que este caso no encaja con la teoría de la simbiogénesis de Margulis. Es algo más complejo y de hecho no hay todavía una explicación muy clara a por qué se produce, de hecho podría haber varias. No parece que la foca aporte nada a la relación, aparte de una "satisfacción personal" para la yubarta, pero eso sería mucho suponer. Podría explicarse por altruísmo, pero al mismo tiempo también por egoismo en el que la yubarta simplemente utiliza a la foca para un bien propio, como sugieren algunos autores. De todas formas, por ahora son todo especulaciones.
      Por otra parte, las teorías de Margulis, aunque podrían explicar algunos pasos evolutivos, hay otros que no los explica y que los explicaría mejor una selección egoista como la que proponía Dawkins.
      Afortunadamente no todo es blanco y negro, hay muchos grises por el medio.
      un abrazote

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    2. Hola hola.
      yo tampoco creo que que lo que dice Margulis sea 100% aplicable al caso.
      Entre las escalas de grises que mencionas se me ocurre referenciar una:
      Cortesía - bien que haces a otro ser (teniendo en cuenta sus necesidades) sin coste para ti. Te imaginas animales corteses no humanos?.
      Cada vez que eliminamos el "interés propio" parece que nuestra sociedad y nuestro sistema de creencias es incapaz de explicar nada.
      Para mi la biodiversidad se basa más en la cooperación que en la competencia.
      De hecho desde que nuestra civilización abrazó "la competencia" como paradigma la biodiversidad se ha resentido.
      Un abrazo.
      Y gracias por proponer asuntos tan interesantes en esta fase del colapso.

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    3. El tema es muy interesante, si señor, y no solo el problema del altruismo vs. egoismo, también, el de cómo nos enfrentamos a que pueda haber animales que tengan comportamientos que siempre consideramos intrínsecamente humanos. Siempre nos enseñaron que estábamos en la cúspide, que éramos la "especie elegida", porque nuestros comportamientos no eran "animales". Eso es algo que siempre me ha hecho mucha gracia.
      Volviendo al tema del altruismo, hace tiempo quería escribir un articulillo sobre el Dilema del prisionero y la teoría de juegos, que vienen muy a cuento de todo esto. Tengo que tener un día lúcido, jeje.

      Un abrazo, Ramón, y esto hay que discutirlo un dia con mas calma, a poder ser delante de unas cañas.

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