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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Mortalidad masiva de crustáceos y conclusiones precipitadas

A finales de la semana pasada, entre el 14 y el 17 de noviembre, se produjo un acontecimiento insólito en la costa central asturiana. Millones de crustáceos, de la familia de los Anfípodos, llegaron moribundos a las playas de esta zona, depositandose en la orilla formando una mancha de color anaranjado de varios kilómetros de longitud. 

Aspecto de la playa de Xagó el 16/11/18

La aparición de estas manchas no pasó desapercibida y fueron muchos los que alertaron de su presencia, no tardando en aparecer varios artículos en la prensa regional en los que como suele ser habitual se sacaban conclusiones precipitadas, sin ni siquiera haber analizado las muestras, ni las condiciones ambientales que habrían podido ocasionar este fenómeno.

 
Vídeo grabado el 16/11/18 en la playa de Xagó (Asturias)


En dichos artículos, se decía que después de haber consultado al CEPESMA, se descartaba un episodio de contaminación química porque en palabras de su presidente "recogimos muestras en diferentes zonas y vimos que los ejemplares están en buen estado, se mantienen vivos varias horas". Asimismo, y después de esa observación, se afirmaba que la presencia de estas manchas se debía a "una alteración térmica y una corriente marina que los dispersó muy cerca de la costa hasta que terminan varando y mueren porque se quedan sin agua en seco". También se afirmaba que la mancha de crustáceos se extendía desde Galicia hasta el oriente de Asturias, habiéndose localizado manchas similares en varias playas de Tapia de Casariego, mientras en las redes sociales se colgaban fotografías en las que supuestamente se apreciaban esos depósitos de crustáceos en dichas playas tapiegas.

martes, 25 de septiembre de 2018

Las otras víctimas de la carretera

En la curva de una carretera secundaria, tirado en el arcén, yacía muerto el raposo. Su cuerpo aún caliente y la sangre fresca sobre la calzada no dejaba dudas de que había sido atropellado pocos minutos antes de que yo hubiera pasado por allí. 


En el año 2016, según los datos del Ministerio de Fomento, la longitud total de la red de carreteras del estado era 165.483 km, de las cuales el 94% eran carreteras convencionales. A todos estos kilómetros de asfalto hay que sumar 489.698 km más de carreteras de competencia municipal, la mayoría de ellas vías interurbanas. Toda esta red de comunicaciones (a las que habría que añadir vías férreas y otras infraestructuras) han contribuido a acercar pueblos, ciudades y personas, pero al mismo tiempo han creado barreras para muchos animales que en muchos casos resultan infranqueables y que en otros se convierten en trampas mortales para muchas especies.  

viernes, 11 de septiembre de 2015

El último grito del cormorán


Hace ya unos cuantos meses que estoy trabajando en un proyecto para evaluar el impacto de la captura accidental de los aparejos de pesca sobre las poblaciones de cormorán moñudo en el Cantábrico y el Atlántico gallego.

Durante estos meses he recopilado la información disponible sobre muertes accidentales y también nos hemos recorrido la costa para comprobar donde se solapan las zonas de alimentación con las zonas de pesca de los moñudos.

A la espera de los resultados definitivos, los resultados confirman lo que sospechábamos desde hace tiempo. La mayoría de las muertes se producen durante los meses que siguen a la independencia de los pollos, en ocasiones cuando tienen menos de 2 meses de edad. Seguramente su inexperiencia hace que sean más proclives a caer en los aparejos que las aves adultas, que ya sea porque usan otras áreas de alimentación o porque son capaces de reconocer las artes, mueren en menor número.


Las dos fotografías anteriores son los suficientemente explícitas para entender la magnitud del problema. Para entender porqué si no se hace algo, y rápido, vamos a ser testigos de la extinción de los cormoranes moñudos en nuestras costas, como hace pocos años lo fuimos de otra ave marina, el Arao común, por la misma razón.

Probablemente la falta de capturas de especies más comerciales ha llevado a muchos barcos a faenar cada vez más cerca de costa y buscar otras especies como los lábridos que antes tenían menos salida en el mercado. Actualmente, tanto en Asturias como en Galicia o Euskadi, la legislación es muy laxa (o incluso inexistente), acerca de las distancias de costa a las que se pueden largar los aparejos. Asimismo, los planes de manejo aprobados para esta especie, por ejemplo en Asturies, hacen una mención especial a la necesidad de crear unas zonas de protección alrededor de las colonias de cría, pero es evidente que ese plan de manejo no se está cumpliendo.

Dos cormoranes moñudos adultos ahogados en un miño a escasos metros de la colonia de Cabu Bustu, Asturies (abril de 2014)

Pero si los aparejos legales ya son un problema de enorme magnitud, en este estudio hemos confirmado la existencia de un nuevo problema que no esperábamos, la mortalidad en aparejos furtivos. Se trata de palangres de superficie que son marcados con botellas de agua transparentes para ser más difíciles de localizar por la guardería. Ya hemos confirmado más de 5 animales muertos en solo dos de estos palangres y hemos visto unos cuantos aparejos mas que no hemos podido comprobar.

Ojalá que los resultados de este proyecto puedan servir para detener esta sangría. 

sábado, 15 de febrero de 2014

Las víctimas olvidadas del temporal

Arao muerto en la playa de Xagó (Gozón)

La sucesión de borrascas que estamos padeciendo en el norte de la Península ibérica, asociadas a fuertes marejadas, está causando importantes desperfectos en las localidades costeras. Pero mar adentro las cosas no están mucho mejor. Los temporales en la mar están arrastrando a muchas aves marinas a la costa y los cadáveres de algunas especies, como araos, alcas o frailecillos, empiezan a aparecer en grandes cantidades en nuestras playas.

Arao nadando dentro del puerto del musel, en Xixón

Estas aves se reproducen en el norte de Europa y durante los meses de invierno llegan a nuestras aguas, aunque son pocos los que se aproximan a la costa en condiciones normales,comparados con los que pasan esos meses mar adentro. En esa zona, en el límite de la plataforma continental, encuentran el alimento necesario hasta que retornen a sus colonias de reproducción.

Varios álcidos recogidos ayer mismo en Xagó

Ayer viernes, hice una inspección costera en la playa de Xagó (Gozón) y pude localizar los cadáveres de 7 araos y 1 alca, a los que hay que sumar los 20 araos encontrados unos días atrás. Ninguno de ellos tenía manchas de fuel, como suele ocurrir tras las mareas negras, pero todos estaban extremadamente delgados. La falta de alimento o la dficultad para conseguirlo hace que estas aves se debiliten en exceso, además, producen menos grasa necesaria para impermeabilizar su plumaje, por lo que acaban empapados y llegan a morir de hipotermia.

Es difícil calcular la cantidad de aves que habrán muerto durante este mes, pero seguramente muchos miles, ya que hay que tener en cuenta que sólo se contabilizan una mínima parte de todos las víctimas, como ocurrió después del vertido del Prestige. Sólo en las costas francesas se han recogido 5000 cadáveres de aves marinas en las últimas semanas, la mayoría frailecillos. Aunque la LPO llega a la conclusión de que la mayoría de las muertes pueden ser debidas a las condiciones climáticas, tampoco descartan que parte de las muertes se deban al accidente del carguero Luno, que se partió en dos frente a Bayona el 5 de febrero, vertiendo 15 Tm de fuel a la mar.

Tampoco es fácil predecir el efecto de esta mortalidad masiva sobre la dinámica poblacional de estas especies. De los 7 araos que encontré en Xagó, 4 eran adultos y 3 jóvenes y teniendo en cuenta la baja natalidad de los álcidos, ya que sólo ponen un huevo en cada temporada de cría, la muerte de adultos reproductores podría afectar gravemente a sus poblaciones.

Colaboración ciudadana
La mayoría de las aves marinas, entre ellos los álcidos, son especies protegidas. Si alguien encuentra una de estas aves vivas en tierra lo mejor es avisar al 112 y explicarles el caso para que la recojan y la intenten recuperar, aunque es muy dificil.

Otra manera de colaborar es participar en las Inspecciones Costeras de aves orilladas (ICAO), que forman parte del proyecto europeo FAME, que en España coordina SEO/Birdlife. Básicamente se trata de recorrer una playa apuntando las aves orilladas que se encuentran. Para ello hay unas fichas que os podéis descargar en este enlace de la COA y se deben rellenar para enviarlas al coordinador del grupo. Una vez rellenada la ficha, se deben retirar los cadáveres y tirarlos a un contenedor de basura para evitar conteos dobles. Lo más indicado sería realizarles una autopsia para conocer las causas de la muerte, pero como siempre, para eso se necesita la implicación de las autoridades competentes, lo que no ocurre actualmente.

Para identificar a las distintas especies de álcidos, así como para determinar su edad, se puede descargar este documento, en el que se indican los rasgos claves para distinguirlos.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Aves y anzuelos


Es cierto que una imagen vale más que mil palabras, incluso muchas veces más que mil denuncias. No recuerdo las veces que comenté en este blog los casos de Cormoranes moñudos que mueren todos los años en artes de pesca, tanto en redes como en palangres. La mayoría pierden la vida al lado de sus colonias de cría, donde según el plan de manejo de la especie no deberían producirse ya que tras su aprobación se deberían haber adoptado las medidas necesarias para evitar esas muertes. Pero los planes de manejo son papel mojado si los responsables de hacerlos cumplir se desentienden de ellos, si cuando pedimos explicaciones nos hablan de problemas de competencias entre consejerías, de intereses contrapuestos y de burocracia, que ni yo ni mucho menos las aves, comprendemos ni queremos comprender.

El cormorán del que podéis ver su radiografía fue recogido en la playa de Bañugues en agosto de este año mientras luchaba por soltarse de un palangre. Se había tragado el anzuelo pensando que era un pez inofensivo, quizás demasiado fácil de capturar. Mientras subía la marea, ya con el anzuelo clavado en su estómago, se le hacía cada vez más difícil mantenerse en la superficie para poder respirar. Y a cada intento de soltarse, el anzuelo se clavaba más y más profundo mientras se iba desgarrando por dentro.

Pudo ser rescatado antes de morir ahogado, pero el anzuelo se le había clavado tan adentro que los veterinarios no fueron capaces de sacárselo por temor a producirle más lesiones que las que ya tenía. Se tuvieron que limitar a cortar el sedal lo más abajo posible y a confiar en que se pudiera recuperar.


Sin demasiadas esperanzas de que pudiera salir de esta y tener una segunda oportunidad, el cormorán fue liberado en el mismo sitio donde se le había rescatado días atrás. En algunos casos, los animales son capaces de formar callosidades al alrededor de objetos extraños que pueden quedar en el estómago, y de hecho, hemos encontrado varias veces álcidos con varios anzuelos en el tubo digestivo que habían logrado sobrevivir.

No sabemos si este cormorán lograría recuperarse o si las heridas que se produjo al intentar soltarse fueron demasiado graves. Lo anillamos por si lo volvíamos a ver con el código J1 pero desde entonces no tuvimos más noticias de él. Lo que tenemos claro es que no será el último moñudo en caer en un aparejo, y con cada muerte la población reproductora de esta especie seguirá allanando su camino hacia la extinción. Y mientras tanto, los responsables de evitarlo siguen sin hacer nada, pero siguen hablando de competencias, de intereses y de burocracia.

jueves, 9 de febrero de 2012

El último viaje


La mortalidad durante el primer año de vida es muy elevada en la mayoría de los grupos faunísticos. Los primeros meses suelen ser duros y los animales deben empezar a valerse por si sólos, a buscarse el alimento y el refugio y a evitar a los depredadores. En muchas especies de aves, la mortalidad en esa etapa puede superar el 80% del total de individuos nacidos. Esta mortalidad es un importante filtro selectivo que hace que sólo aquellos individuos más capacitados y con mejores facultades sobrevivan para pasar sus genes a la siguiente generación.

Las aves marinas son especies de larga vida, que empiezan a reproducirse cuando tienen dos o tres años de edad (aunque algunas aves como los albatros, pueden retrasarse hasta los 5 o 6 años), que suelen tener pocos hijos por temporada, pero que llegan a criar durante varios años. El el caso de los álcidos, por ejemplo, la puesta se compone de un sólo huevo de gran tamaño en relación con el tamaño de la hembra.

El sábado pasado, encontré el cadaver de un joven de Arao común (Uria aalge) junto a dos cadáveres  de Alca común (Alca torda). Este hecho es bastante frecuente durante el invierno y en ocasiones, sobre todo después de fuertes temporales, no es raro encontrar álcidos orillados con síntomas de inanición después de haber pasado varios días sin alimentarse, como ha ocurrido varias veces en las costas atlanticas y cantábricas.


En otras ocasiones es más difícil determinar las causas de la muerte, como el año pasado, cuando cientos de frailecillos (Fratercula arctica) aparecieron muertos en las playas cantábricas. En un principio se pensó que esa mortalidad podría haberse debido a la sucesión de temporales que habían afectado a nuestras costas, pero el hecho de que prácticamente todas las aves muertas fueran frailecillos, y que siguieran apareciendo cadáveres frescos varias semanas después de que cesaran los temporales, hacía dudar de ese primer diagnóstico. En este caso no se podría descartar una enfermedad específica, aunque no se llegaron a hacer los análsis necesarios para confirmarlo.

Tal como comenté al principio, estos episodios de mortalidad no suelen suponer un problema muy grave para el mantenimiento de las poblaciones, ya que suele sobrevivir una fracción suficiente de individuos que llegan a reproducirse. Los problemas suelen surgir cuando a esas mortalidades naturales se suman las debidas a causas artificiales, como las mareas negras o los enmalles accidentales en aparejos de pesca. En este caso, además de provocar episodios de mortalidad masiva, esa mortalidad no es selectiva y afecta tanto a jóvenes como a adultos, pudiendo provocar extinciones locales de poblaciones e incluso la completa extinción de algunas especies.


jueves, 4 de agosto de 2011

Mortalida masiva de aves marinas tras el accidente del Prestige

En noviembre de 2002, el petrolero Prestige derramó mas de 60.000 toneladas de fuel pesado frente a las costas de Galicia. En los siguientes meses, miles de aves marinas (12.023 ej.), sobre todo álcidos (9.826 ej, 81,7%), aparecieron muertos en las playas del Atlántico ibérico y el Cantábrico. De todas formas, todas esas aves representaban una pequeña fracción del número total de aves que murieron tras esa catástrofe ambiental.

Un gran número de aves desaparecieron en la mar (se hundieron o fueron depredadas) y nunca llegaron a la costa, y de las que llegaron, muchas no se encontraron: unas fueron devoradas por los carroñeros y otras no se localizaron porque pasaron desapercibidas y otras aunque fueron localizadas no se reportaron. Con el fin de estimar la mortalidad total de la forma más aproximada posible, realizamos varios experimentos durante las semanas siguientes al vertido.

                       Diseño experimental

En un primer experimento pretendíamos estimar el número de aves que llegaron a la costa después de morir en alta mar. Para ello, soltamos desde un helicóptero un total de 437 bloques de madera que tenían la misma densidad y el tamaño aproximado de un frailecillo o de un arao. Los bloques se lanzaron a 5, 15 y 25 km de la costa gallega (el experimento se replicó en la cosa asturiana lanznando los bloques desde un barco a 4, 9 y 12 millas), después de haberles colocado una placa con un texto explicativo un código individual y un número de teléfono para que las personas que encontraran uno de ellos cuando llegara a la playa pudieran avisar.

Tacos experimentales (izquierda: tipo frailecillo; derecha: tipo arao)

En un segundo experimento evaluamos la detectabilidad de los bloques, para ello se dejaron en varias playas gallegas y asturianas cadáveres de álcidos recogidos durante las inspecciones costeras y tacos de madera iguales a los soltados en alta mar. De esta forma se pudo calcular tanto la detectabilidad de las aves orilladas como un factor de corrección para los bloques de madera usados en el experimento.

Por último, se realizaron censos de aves marinas desde embarcaciones para conocer la distribución de los álcidos en alta mar.


Los resultados obtenidos al combinar todos los experimentos dieron lugar a una cifra que como preveíamos fue muy superior al número de aves que aparecieron en los muestreos. El número total estimado de aves muertas fue de 87.594 (con un intervalo de confianza entre 54.113 - 162.313 aves). Esta mortalidad de álcidos situaba al accidente del Prestige como el tercero mas grave tras los de Exon Valdez y el Selendang Ayu. Los álcidos muertos eran en su mayoría aves juveniles y entre los áraos , la mortalidad estaba muy sesgada hacia los machos.

Recientemente hemos publicado un artículo en en la revista Ecosphere en el que se desarrollan detalladamente estos experimentos y las conclusiones de los mismos. Se puede descargar libremente en este enlace.


jueves, 12 de mayo de 2011

Vida y muerte en las charcas de montaña


En la alta montaña la temporada de reproducción de los animales y plantas siempre se retrasa respecto a las zonas bajas, y por regla general es mas breve. Todo el ciclo debe acelerarse porque en pocos meses llegará de nuevo el frío y la nieve y para entonces los juveniles deben de haber alcanzado el tamaño suficiente para poder sobrevivir al invierno.

Los anfibios no son una excepción. Los machos de sapo partero (Alytes obstetricans) ya empezaron a cantar hace mas de dos meses en cotas bajas, pero por encima de los 1600 metros de altitud hace poco tiempo que se dejan oir y aun lo hacen tímidamente. Otras especies como las ranas bermejas (Rana temporia) ya pusieron sus huevos cuando el hielo empezaba a retirarse de las charcas, y sus renacuajos ya tienen ahora un buen tamaño.

Renacuajos de Rana temporara comiendo los restos de un Bufo calamita

Pero reproducirse no está exento de peligros para los anfibios. Durante unas semanas los reproductores dejan a un lado su timidez y se exhiben en las charcas para buscar pareja. Muchas especies que sólo abandonan sus refugios durante la noche, durante ese corto periodo de tiempo salen de día para aprovechar el tiempo al máximo. Algunos morirán depredados y ciertas especies, como los los sapos, que son mas lentos y torpes, suelen ser presas fáciles de las aves y de los mamíferos.

Hace un par de días, en las charcas del puerto de la cubilla encontramos los restos de varios sapos corredores (Bufo calamita) que habían sido depredados casi con total seguridad por una nutria. Estos mustélidos son capaces de quitarles la piel como si volvieran un guante del revés, de esa forma evitan las glándulas tóxicas y se comen el músculo, que no contienen ninguna toxina. Pero en la Naturaleza nada se desperdicia, y los restos no consumidos serán rápidamente aprovechados por otros animales, como los renacuajos de la Ranas temporarias e incluso por los de otros sapos corredores que incluso podrían ser sus propios hijos.

NOTA: os recuerdo que si estáis en Asturies o tenéis acceso a la RTPA, hoy a las 22:00 en el programa La Mar de Asturies de esta cadena, pondrán un pequeño reportaje sobre nuestro trabajo con los cormoranes moñudos.

viernes, 1 de octubre de 2010

Muere una Tortuga laúd en la playa de Oleiros


El pasado martes apareció una Tortuga laúd (Dermochelys coriacea) en la playa de Oleiros (Cuideiru, Asturies). Esta tortuga es una especie cosmopolita que presenta sus mayores agregaciones reproductoras en Centro y Sudamérica, en Gabón y en la Guayana. En el Mediterráneo se puede ver durante casi todo el año, pero en el Cantábrico es una especie rara, y todas las observaciones hasta el momento pertenecían a individuos que habían aparecido muerto en las playas, como el año pasado cuando apareció un ejemplar de gran tamaño en la playa de Rodiles. La tortuga laúd es la mayor de las tortugas marinas y algunos ejemplares pueden alcanzar más de dos metros de longitud y hasta 600 kilos de peso.

Aunque la tortuga de Oleiros aun estaba viva cuando apareció en la playa, se encontraba en muy mal estado y acabó varando en la playa. Varias personas allí presentes la ayudaron a entrar al agua de nuevo pero no parecía comportarse con normalidad y nadaba erraticamente.


El miércoles a última hora, mi amigo Jorge A. Chachero, se pasó por la playa y la volvió a encontrar varada en la orilla , la volvieron a meter al agua pero cada vez estaba peor y hacía grandes esfuerzos para sacar la cabeza para respirar.

A la mañana siguiente, como era previsible, la tortuga apareció muerta en la playa. Hasta allí se desplazó parte del personal del Acuario de Xixón con intención de llevarla a sus instalaciones y practicarle una autopsia para intentar conocer las causas de su muerte.


Las tortugas marinas sufren una elevada mortalidad por causas humanas, una de las mas importantes es por ingestión de bolsas de plástico, que causan la muerte de miles de tortugas todos los años ya que las ingieren al confundirlas con las algas y medusas de las que se alimentan. Asimismo, millones de tortugas mueren en todos los océanos del mundo atrapadas en palangres y en redes de pesca.

Desgraciadamente hay que sumar una muerte mas a esa larga lista negra, una muerte mas para una especie que ha sufrido un espectacular descenso en sus poblaciones en las últimas décadas que ha llevado a que sea incluída en el Libro Rojo de la UICN con la categoría En Peligro Crítico, en el Apéndice I de la CITES y en el Libro Rojo de los Vertebrados de España como en Peligro de Extinción.

viernes, 16 de julio de 2010

Un cormorán afortunado

Egagrópila de cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) con restos de un aparejo

Como ya comenté varias veces en este blog, los aparejos de pesca son los responsables de gran cantidad de muertes entre las aves marinas. Tanto las artes de enmalle como las de anzuelo matan anualmente millones de aves marinas en todos los mares del planeta. En el caso de Asturies, entre las especies nidificantes la especie más afectada por este tipo de artes de pesca es el cormorán moñudo.

Ayer me llegó un mensaje de Jon Hidalgo, un amigo que también trabaja con esta especie en Euskadi, en el que me comentaba que en un posadero de cormorán moñudo en la isla de Izaro había encontrado una egagrópila que tenía dentro los restos de un aparejo de caña, con plomo, sedal y anzuelo. Según parece se podría haber comido el pez que había picado en el anzuelo con la suerte que no se le hubiera clavado, ni al tragarlo ni al expulsar la egagrópila.

Cormorán enmallado. Fotograma del documental "El cormorán moñudo asturiano"

Aunque la mayoría de las muertes de cormoranes se deben a enmalles, lo cierto es que últimamente cada vez me han llegado más noticias de ejemplares con anzuelos clavados, tal como se puede ver en estas entradas en el blog de Juan Zaldivar y en el de Toral. Muchos de estos anzuelos proceden de palangres de pesca profesional pero otros muchos son anzuelos de pesca deportiva, que tienen especial impacto en zonas resguardadas de calas y pedreros donde los cormoranes jóvenes acuden a alimentarse.

Gaviota patiamarilla con un rapala enganchado en la pata

Algunas modalidades de pesca, como la pesca son peces artificiales del tipo rapala, también causan muchas bajas ya que las aves confunden estos señuelos con peces vivos y los intentan capturar, quedando enganchados en las patas o en el pico, lo que les provocará una muerte segura.

 Pescadores deportivos en el puerto de Musel

Hasta ahora se han realizado muchos estudios sobre el impacto de las pesquerías comerciales sobre las aves marinas, pero la información sobre los efectos de la pesca deportiva sobre ellas es prácticamente inexistente. Es probable que el hecho de que el número de pescadores deportivos sea insignificante en relación al de profesionales nos haya hecho pensar que la mortalidad de aves asociada a esta actividad también lo sea, aunque puede que no tanto para las aves más ligadas a un litoral cada vez más antropizado.

viernes, 18 de junio de 2010

Salvados por los pelos

Las intensas precipitaciones de los últimos días han dejado gran parte de Asturies completamente anegada. Los  ríos se han desbordado, han inundado las vegas y se han llevado por delante islas, taludes y gran parte de la vegetación de las riberas.

Aspecto del Ríu Nalón poco antes de unirse al Caudal

En estas fechas una gran cantidad de aves acuáticas y ribereñas se encontraban en plena reproducción, algunas incubando y la mayoría de ellas alimentando a los pollos. Además de las aves estrictamente acuáticas como fochas y zampullines, una de las especies de aves que ha sufrido gravemente las crecidas de los ríos ha sido el avión zapador (Riparia riparia). Esta especie ubica muchas de sus colonias en los taludes de los ríos donde les es más fácil escavar los túneles para construir sus nidos. Según los datos de algunos socios de la Coordinadora Ornitolóxica d'Asturies, las riadas han destruido completamente varias colonias situdas en los ríos Sella, Nalón y Caudal, y probablemente otras muchas en otros ríos de Asturies.


Pero además de taludes, algunos aviones zapadores aprovechan los tubos de desagüe de los muros de contención de los ríos canalizados para nidificar. Allí encuentran un tunel medio construido y sólo tienen que profundizar un poco para finalizar la cámara del nido.


Desde hace un par de años, hemos observado una pequeña colonia nidificante de esta especie en un muro de contención en el Ríu Nalón, a la altura de la localidad de Sotorei, en la cola del embalse de la Barquera. Entre 10 y 15 parejas como mínimo han ocupado algunos tubos de desagüe para nidificar y ayer me acerqué para comprobar si el agua los había inundado.


Cuando llegue pude ver como el agua había subido varios metros sobre el nivel normal, bajaba completamente marrón y arrastraba una gran cantidad de troncos, ramas e incluso árboles enteros. Al acercarme a la colonia observé como un grupo de zapadores volaba sobre el cauce del río y al fijarme en los muros pude comprobar como al menos 10 nidos se habán salvado, ya que los adultos entraban frecuentemente a cebar a los pollos.

Tubos donde nidifican los zapadores. En el tubo de arriba se ubica el nido de la foto anterior

Como se puede observar en la foto anterior, algunos de los tubos se encuentran muy cerca de la superficie del agua, y teniendo en cuenta que lleva casi dos días sin llover y que el nivel del agua ya ha bajado respecto a los días anteriores, podemos decir que sin duda esos nidos se han salvado por los pelos. Desgraciadamente las parejas que hicieron sus nidos en los tubos mas bajos no corrieron la misma suerte.

lunes, 7 de junio de 2010

Nevadas tardías y mortalidad de anfibios

Unas de las consecuencias del cambio climático es el aumento de la frecuencia de eventos meteorológicos extremos, como lluvias torrenciales o tornados, o de fenómenos meteorológicos no previsibles y que ocurren en épocas que no son las habituales, como por ejemplo intensas nevadas tardías.

Este tipo de fenómenos meteorológicos pueden causar mortalidades catastróficas en algunos animales, que podrían tener importantes consecuencias a nivel poblacional si ocurren en poblaciones aisladas y con un tamaño efectivo de población no muy grande.

Ranas bermejas (Rana temporaria) muertas en Llaguseco

El pasado 1 de junio subimos a la charca de Llaguseco, situada bajo el Porru Bolu, como llevamos haciendo desde hace algunos años para estudiar la población de Rana temporaria que allí se reproduce. El año pasado a estas alturas la cantidad de nieve era muy grande y la charca se encontraba completamente tapada, pero este año las nevadas han sido menos intensas y se ha descubierto hace tiempo. En una anterior visita realizada el día 27 de abril ya se intuía parte del perímetro de la charca aunque todavía había hielo cubriéndola, por lo que decidimos volver una semana después. Pero unos días más tarde se registraron unas intensas nevadas, incluso a una altura de 800 msnm, y un descenso de más de 15ºC respecto a la semana anterior, por lo que nos vimos obligados a retrasar esa segunda visita.

Nos temimos lo peor y nuestras sospechas se vieron confirmadas cuando subimos de nuevo el 1 de junio y observamos que en el fondo de la charca había 61 ranas muertas. Con toda seguridad murieron aplastadas por la nieve que las sorprendió in fraganti cuando estaban en plena reproducción.

Al observar la primera fotografía se aprecia que en la parte superior izquierda hay algunas clusters de huevos que están aplastados, lo que indica que fueron puestas antes de la nevada. Sin embargo se puede ver como también hay otras puestas que tienen un aspecto redondeado normal, e incluso pudimos observar algunas puestas muy recientes. Esto indica que uno o dos días después de la primera visita se descubrió la charca y se produjo la primera entrada de machos y unos pocos amplexus con las consiguientes puestas. Al poco cayó la gran nevada que sorprendió a los individuos causándoles la muerte y pocos días después, esa nieve se volvió a fundir produciéndose una nueva entrada de machos y nuevas puestas.

Macho muerto en la orilla de la charca

De todos los individuos muertos recogimos una muestra de 38 cadáveres que trasladamos al laboratorio para analizarlos próximamente. Un hecho curioso es que de esos 38 ejemplares, sólo 2 eran hembras (5,26%). A pesar de que el sex-ratio en la Rana temporaria es de 1:1 en el momento del nacimiento y nada hace sospechar una mayor mortalidad posterior de un sexo u otro, lo cierto es que en las charcas de reproducción el sexo de los ejemplares siempre está sesgado con mucho hacia los machos. Esto se debe a que las hembras sólo permanecen en las charcas el tiempo necesario para realizar las puestas y luego las abandonan. Por el contrario, los machos se quedan esperando en las zonas de reproducción a la llegada de nuevas hembras. Es un sistema de tipo lek, como el que ocurre en aves como los urogallos o los gallos lira o en algunos mamíferos ungulados.

Este tipo de comportamiento que implica la agregación de los machos en las charcas, ha sido el responsable de esta mortalidad tan sesgada, ya que las hembras se encontrarían escondidas bajo piedras o dentro de las madrigueras de los topillos donde habrían salvado la vida. El impacto de esta mortalidad de machos en una población pequeña y completamente aislada como la de Llaguseco lo desconocemos y puede ser un interesante tema de estudio para los próximos años.

NOTA: este proyecto esta financiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales (REF: MMAMRM-08-38/2008)

Referencias

Corn P.S. (2005). Climate change and amphibians Animal Biodiversity and Conservation, 28 (1), 59-67

martes, 1 de diciembre de 2009

Mortalidad de lechuzas

La Lechuza común (Tyto alba) o curuxa, como la conocemos en Asturies, es la rapaz nocturna más conocidas y mas ligada al hombre de todo este grupo de aves. Esta especie, muy común hace años, está experimentado un importante descenso en toda Europa, y en Asturies, según los datos de que disponemos, este descenso poblacional podría acercarse al 50% en algunos concejos en tan sólo 20 años. 

 
Cartel de la campaña sobre las lechuzas (pinchar para ampliar)

Las principales causas de este descenso poblacional están relacionadas con la alteración del hábitat, ya que a la desaparición de los viejos árboles huecos donde antes ubicaban sus nidos, hay que unir la desaparición de los viejos edificios a donde se mudaron posteriormente para criar en los desvanes o bajo los tejados.

Una de las causas de mortalidad que se ha incrementado en los últimos años es la mortalidad por atropellos, la mayoría de las veces en autovías. Esta mortalidad se podría reducir en gran medida colocando vallas disuasorias en los puntos negros, normalmente lugares de paso, donde se registran la mayoría de los accidentes.

Con el fin de concienciar a la gente sobre la importancia de las lechuzas como raticida biológico y asimismo para llamar la atención sobre los problemas por los que está pasando ésta especie, la Coordinadora Ornitolóxica d'Asturies (COA) ha comenzado una campaña divulgativa en la que se repartirán carteles informativos en escuelas y colegios, así como en otros organismos públicos. Los dibujos del cartel han sido realizados por Gonzalo Gil, sin lugar a dudas uno de los mejores dibujantes de naturaleza que tenemos en Asturies, como podéis comprobar si visitais su estupendo blog. Los textos han sido redactados por Adrián Vigil, que lleva varios años recopilando información sobre esta especie en Asturies.