lunes, 23 de agosto de 2021

¿Cómo convertir la playa de tu infancia en una fosa séptica?

Esta es la playa de mi infancia, en ella me pasaba las horas levantando piedras buscando cangrejos y todo lo que se movía en los charcos de marea antes de que la mar los volviera a cubrir. En esta playa aprendí a nadar y me puse por primera vez unas gafas de bucear para ver todo lo que había ahí abajo: peces, algas, pulpos, centollos y rocas de mil colores, no la monotonía que se veía cuando te las ponías en una playa de arena. Quizás por eso siempre preferí los pedreros a los arenales. Por eso y porque aquí no me rebozaba como una croqueta al salir del agua.

Aunque es una playa pequeña, nunca estaba llena, porque la mayoría de la gente prefería ir al Gavieiru o a San Pedro, porque Salencia "tenía muchas piedras" o "estaba llena de algas". Aquí todos nos conocíamos y cuando fuimos creciendo seguimos bajando a Salencia, y seguimos bañándonos y viendo peces, cangrejos y pulpos en el pedrero. Hasta hace 10 años.

Fue hace 10 años cuando el Ayuntamiento de Cudillero decidió instalar una depuradora a menos de 200 metros de la playa, en la orilla del río Llindebarcas. Nos prometieron que se iban a solucionar los problemas de saneamiento del pueblo y que no tendríamos que preocuparnos, porque el agua que saldría de la depuradora estaría tan limpia que incluso se podría beber. 

Al poco de instalarse la EDAR Novellana, gestionada por el Consorcio de Aguas de Asturias, los charcos de marea empezaron a vaciarse, dejé de ver peces y pulpos cuando me ponía las gafas, y el pedrero, antes cubierto de algas, se quedó desnudo, como si lo hubieran rociado con ácido. Sólo en la desembocadura del río aumentó la superficie cubierta de algas verdes, un síntoma típico de eutrofización por aportes de nitrógeno y fósforo procedentes de residuos fecales, algo que ya era fácil de sospechar por el intenso aroma que desprendía el río en verano.

Hace unos pocos días, al acercarme a la salida de la depuradora, pude ver un florido muestrario de trapos, plásticos, toallitas y otros restos en la salida del desagüe de la misma, que arrollaba juguetón hacia el río Llindebarcas, y que siguiendo el curso del agua, llegaban frecuentemente a la playa para decorar la ribera. Unos residuos, que según los protocolos de filtración de la propia depuradora, nunca deberían estar ahí. Con el fin de confirmar las sospechas sobre el deficiente funcionamiento de la instalación, se tomaron muestras de agua en varios puntos del río hasta su desembocadura y tras analizarse en un laboratorio acreditado, los resultados fueron claros. En todas las muestras, la concentración de coliformes fecales superaba en más de 5 veces los límites para considerar una playa apta para el baño. Estos análisis, unidos a la presencia de residuos sólidos en la salida de la depuradora, hacían sospechar que las comidas veraniegas viajaban directamente a través del tubo digestivo de los vecinos de Novellana hasta el río, saludando al pasar por la depuradora, mientras millones de bacterias Escherichia coli esquivaban las lamparas ultravioleta, que teóricamente tendrían que matarlas, para retozar alegremente en la playa de Salencia.

Todos estos datos han sido presentados al Ayuntamiento de Cudillero, la Confederación Hidrográfica, la Demarcación de Costas y al Gobierno de Asturias para que abra los expedientes sancionadores pertinentes a los responsables de estos vertidos continuados, para que se tomen las medidas oportunas para solucionar este problema, y para que declare esta playa como no apta para el baño hasta entonces.


De todas formas, los responsables de haber convertido la playa de mi infancia en una fosa séptica se irán de rositas, como suele ser habitual, y finalmente, seremos nosotros los que acabemos pagando las sanciones millonarias que la UE impone a España por la deficiente depuración de sus aguas. Hasta ahora hemos pagado 32,7 millones de euros en multas. Y seguimos sumando.

NOTA: Quiso la casualidad que poco tiempo después de instalarse la depuradora, la playa de Salencia fuera declarada como playa canina por el Ayuntamiento de Cudillero. A partir de entonces, la playa en la que antes era dificil encontrarse con más media docena de personas, se llenó de gente, porque es bien sabido que la mayoría de los perros no saben leer los carteles y acuden con sus dueños a las playas. O quizás no haya sido casualidad y precisamente el deficiente, o mejor dicho, negligente, funcionamiento de la depuradora haya motivado esa decisión, quizás porque este tipo de playas puedan tener unos requerimientos sanitarios más laxos que otro tipo de playas.

8 comentarios:

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    1. Hola Amor,
      pues si, es lamentable. Lo del Hospital de Jarrio me parece increíble. La única vía es denunciarlo y avisar al Seprona. Y que salga en prensa y la gente lo lea y se entere de lo que pasa. Esa es la mejor forma de colaborar.
      un abrazo

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  2. Hola. Lo primero, siento mucho que esto esté ocurriendo en la playa de tu infancia, es una vergüenza que ocurra aquí y que ocurra en cualquier otra playa. Ojalá a los responsables les pasase algo, pero ya sabemos cómo va esto...

    Dicho esto, yo vengo a hablar de ese pequeño párrafo en azul del final. Las playas caninas no pueden ser más insalubres que las playas no caninas. Hasta donde yo sé no existe ninguna regulación especial para playas caninas en cuanto a laxitud en la calidad de sus aguas. La única diferencia que debería haber entre una playa canina y una que no lo es la posibilidad de meter a tu perro, nada más.

    Pero evidentemente esto no es así. La cuestión es que la realidad es mucho más sencilla: la playa es un asco, nadie va a ella, y por tanto se pierden ingresos. Una forma sencilla de darle uso a la playa a la que nadie quiere ir es convertirla en canina, puesto que por desgracia los dueños de perros no podemos acceder a las casi 3000 playas españolas con nuestro perro* si no solo a las escasas 70 u 80 habilitadas para ello. Por tanto vamos a ellas como borregos para intentar disfrutar de un día de playa normal, de humanos, pero con la posibilidad de que mi perro esté ahí también disfrutando y jugando, y yo con él. Pero como seguramente sospecharás, prácticamente todas son como Salencia: o sucias, o incómodas (arena llena de conchas que cortan las almohadillas de los perros, piedras en la orilla, lodo), o con accesos ridículos, o enanas, o desaparecen en marea alta, por supuesto sin servicios... o todo junto. Playas que los humanos no elegimos simple y llanamente porque tenemos dos dedos de frente y preferimos otras, pero que son jugosas para los ayuntamientos porque los pringados con perro vamos donde podemos, qué remedio, y nos alojamos en el pueblo y consumimos en sus bares y restaurantes.

    Mi verano ha sido, precisamente, recorrerme parte del norte para ir a playas donde pudiese ir con mi perra. Me he recorrido casi todas las playas caninas de Galicia y Cantabria, y ante la posibilidad precisamente no fui a Salencia porque tiene su fama. Pero como ésta prácticamente todas, con honrosas excepciones (Trengandín, en Noja).

    Que sirva este comentario como un poco de activismo, que yo sea dueño de un perro no me tiene que condenar a ir a las playas a las que los demás no quieren ir, ni por supuesto debe implicar que mi perra tenga que bañarse, literalmente, en mierda.

    *por supuesto, el ser humano dueño de todo y ante todo.

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    1. Hola Mario, cuando comenté lo de la playa canina, quizás no me haya expresado bien. A lo que me refería y basándome en una conversación informal con una persona relacionada con el ayuntamiento, era que se había puesto como playa de perros precisamente por las malas condiciones de la misma. Por supuesto es algo impresentable y sin justificación, porque como dices, una playa de perros tendría que cumplir los mismos requisitos sanitarios que otra playa cualquiera. Y por lo tanto debería ser denunciada como cualquier otra que incumpliera la normativa sanitaria. Por eso te animo tanto a ti como a cualquier usuario de la playa que denuncie, que mande quejas al ayuntamiento y que corráis la voz de la situación. Y te digo una cosa, porque cada vez lo tengo más claro, que aparezca en prensa es lo único que les molesta a las autoridades. Me interesa mucho lo que dices sobre la "fama" de Salencia, porque no sabía que hubiera comentarios sobre ella.
      Como te decía, no me malinterpretes, ni perros, ni personas, ni por supuesto el medio ambiente en general, tiene que tolerar que las playas estén hechas una mierda (literalmente).

      un saludo

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  3. Mientras nos quedemos en casa viendo la tele sin hacer nada, el mundo que conocimos se acaba sin remedio.

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