domingo, 28 de junio de 2009

De caza por el pedrero

Pulpo empujando a sus presas hacia las algas

Los pulpos (Octopus vulgaris) son moluscos cefalópodos comunes en los pedreros del Cantábrico. Pueden llegar a alcanzar un gran tamaño superando en algunas ocasiones los 10 kg e incluso más, aunque son más frecuentes los ejemplares pequeños.

Normalmente se desplazan lentamente por el fondo con ayuda de sus tentáculos aunque en caso de peligro expulsan un chorro de agua a presión a través de su tubo respiratorio alcanzando una velocidad mucho mayor.

Una de las características más singulares del pulpo y de otros cefalópodos es su capacidad para cambiar de color en cuestión de segundos pudiendo mimetizarse perfectamente con el sustrato. Su coloración también pueeda cambiar con su estado de ánimo o durante la reproducción.

Los pulpos son muy voraces, alimentándose principalmente de bivalvos, crustaceos y peces que una vez atrapados son devorados con ayuda de un apédice corneo en forma de pico de loro que se encuentra en su boca.


Pulpo atrapando a las quisquillas una vez acorraladas entre las algas

Este fin de semana pude observar a un pulpo durante la marea baja mientras se alimentaba de quisquillas. Después de empujarlas y acorralarlas en una mata de algas iba atrapando pequeños grupos de crustaceos con sus tentáculos y los iba comiendo. En el momento de embolsarlos cambiaba rápidamente de color, pasando del marrón del fondo a un color azulado verdoso. Probablemente este cambio de color sirva para despistar a sus presas.

Esta secuencia de caza se repitió varias veces durante casi media hora hasta que el pulpo, ya saciado, se escondió en una cueva.

3 comentarios:

  1. Gracias, una vez más,por esta fresca pincelada, por esta parte del Cantábrico es muy dificil ver pulpos grandes, debido a la gran presión pesquera, de forma que la presencia de uno grande es noticia.Saludos, Jesús Menéndez.

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  2. Gracias por el comentario Jesús. Es cierto que cada vez hay menos pulpos grandes, ahora hay nasas echadas todos los días a pocos metros de la costa y es un milagro que alguno logre llegar al pedrero, donde por otra parte también los esperan con el gancho.
    un abrazo

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  3. Tengo entendido que son muy inteligentes. En un documental ví cómo eran capaces hasta de desenroscar un frasco para comer la comida que le ponían dentro.

    Muy ilustrativo el post.

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