martes, 8 de marzo de 2016

¿Llegan antes las oscuras golondrinas?

Las primeras golondrinas (Hirundo rustica) ya han empezado a aparecer en nuestros campos. Aún son pocas, solo una avanzadilla de las que llegaran dentro de unas semanas después de haber pasado el invierno en tierras africanas. 


Al igual que muchas especies de aves, las golondrinas se reproducen en el hemisferio norte y a mediados de septiembre comienzan su migración hacia el sur. Allí, en tierras africanas, encontrarán los insectos que escasean durante la estación fría en sus lugares de cría y acumularán las reservas necesarias para realizar el viaje de vuelta.



En las últimas décadas se han publicado gran cantidad de trabajos que confirman sin lugar a dudas que los seres vivos han respondido a las variaciones climáticas que han tenido lugar en el siglo XX. Las fechas de floración de muchas plantas han cambiado, el inicio de la reproducción en muchos organismos se ha adelantado y las fechas de partida de migrantes y la llegada de los mismos a las zonas de cría también han sufrido importantes cambios. En el caso de las aves, las evidencias sobre los efectos del cambio climático en su fenología son mayores que en otros grupos de seres vivos, no porque sea un grupo más sensible que otros a estos cambios, sino porque las aves han despertado el interés de aficionados y científicos desde tiempos inmemoriales. Este interés ha propiciado que el número de datos sobre su biología sea mucho mayor que el de otros grupos, y por lo tanto, las series de datos acumulados a escala mundial han permitido realizar análisis de series muy largas, imposibles en otros grupos de seres vivos. Gracias al análisis de los datos de gran cantidad de especies de aves migradoras se ha estimado que desde la década de los 70 del siglo pasado, estas aves han adelantado su llegada primaveral en 2,8 días por década (Lehikoinen & Sparks, 2010).

Las golondrinas son dentro de las aves una de las especies de las que más información se dispone. Son aves conocidas por casi todos, despiertan simpatía entre la mayoría de la gente y además suelen criar cerca de nosotros, sobre todo en las áreas rurales. Esto ha permitido que su llegada no pase desapercibida, como ocurre en otras aves menos llamativas y de hábitos más discretos. De hecho, la serie fenológica más larga conocida en la Península ibérica corresponde a la llegada de las golondrinas a la localidad de Tortosa (Tarragona), donde se tiene información desde 1908.


Al fijarse en la gráfica anterior, tomada del trabajo de Óscar Gordo y Juan José Sainz (2005) se observa que las golondrinas de Tortosa han adelantado su llegada unos 15 días desde principios de la década de los 80 del siglo pasado, pero entre 1920 y 1980, las golondrinas se habían retrasado año tras año. De hecho, actualmente las golondrinas están llegando a este lugar en las mismas fechas en las que llegaban a principios del S. XX. Estos patrones son similares a los de otros migrantes transaharianos que se reproducen en la misma localidad, como los vencejos o las abubillas (Gordo y Sainz, 2005). En ese mismo estudio se muestran también los datos de llegada de las golondrinas a la localidad de Cardedeu (Barcelona) situada a tan solo 170 km de distancia en línea recta y a unos 90 km al norte y lo curioso es que allí, en los últimos años, las aves están retrasando su llegada, lo que contradice a los datos de Tortosa y a los de muchos otros trabajos realizados en Europa.

Según estos investigadores, las fechas de llegada a las zonas de cría podría estar condicionada por las condiciones climáticas experimentadas en las zonas de invernada, en el caso de las golondrinas, en el Sahel y el Golfo de Guinea, que son las principales áreas de invernada de las poblaciones ibéricas. De esta forma, en los años secos la disponibilidad de alimento sería menor y las golondrinas retrasarían su partida al tener un peor estado físico para afrontar la migración. Por otra parte, la diferencias fenológicas entre localidades, a veces muy próximas, podrían deberse a diferencias en las condiciones locales del lugar de invernada.


Relación entre fechas de llegada y el índice del Sahel, que es una estima de la pluviosidad anual respecto a la media del S. XX. Los valores negativos corresponden a años de sequía (Gordo, 2006)

En el caso de las golondrinas, al analizar los datos de pluviosidad en las zonas de invernada se observó que se producía un adelanto de una semana por cada 100 litros de lluvia registrados en la zona de el Sahel, o sea, que a más lluvia, más cantidad de insectos y mejor condición física de las golondrinas, por lo que podrían partir antes.

Pero las fechas de llegada no sólo dependen de las condiciones climáticas, sino también de la ruta migratoria que elige cada población y de los accidentes geográficos que tiene que afrontar para llegar a sus nidos.


Mediana de las fechas de llegada de las golondrinas a España (Gordo et al., 2007). Cada punto es una localidad y el color varía desde el morado (fechas más tempranas) hasta el verde (fechas más tardías). El histograma muestra la distribución de las cuadrículas UTM donde hay datos fenológicos respeto a las fechas de llegada.

Tal como se observa en la figura anterior, tomada de Gordo el el. (2007), las golondrinas llegan antes a Andalucía y Extremadura y más tarde al norte y a la zona mediterránea, pudiendo encontrarse diferencias de más de 4 meses entre unas localidades y otras, Estas diferencias pueden explicarse por la diferente configuración geográfica de la Península ibérica, ya que las golondrinas, como otras especies migratorias, se enfrentan a un compromiso entre elegir una buena ruta migratoria y encontrar un lugar ecológicamente favorable para reproducirse.

Como podemos ver, a pesar de que la mayoría de los trabajos apuntan a un adelanto en la fecha de llegada de los migrantes como consecuencia del cambio climático, las diferencias, tanto entre especies como entre localidades para una misma especie, apuntan a un importante efecto de las condiciones locales en las zonas de invernada así como a las diferencias entre las distintas rutas que usan en sus viajes migratorios las distintas poblaciones.

Referencias

- Gordo O & Sanz JJ (2005) Phenology and climate change: a longterm study in a Mediterranean locality. Oecologia 146:484-495.
- Gordo O & Sanz JJ (2006) Climate change and bird phenology: a long-term study in the Iberian Peninsula. Global Change Biology 12:1993-2004.
- Gordo O, Sanz JJ & Lobo JM (2007) Environmental and geographical constraints on common swift and barn swallow spring arrival patterns throughout the Iberian Peninsula. Journal of Biogeography 34: 1065–1076.
- Lehikoinen E &Sparks TH (2010) Bird migration. En: Møller AP, Fiedler W, Berthold P, editores. Effects of Climate Change on Birds. Oxford University Press, Oxford. pp 89-112.

1 comentario:

  1. Esta semana en Barcelona en 22 de marzo no sólo que ya haya visto las primeras sino que ya estaban haciendo las primeras cópulas

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