miércoles, 10 de noviembre de 2010

La mar se cobra lo que es suyo

Temporal en la bocana de la ría de Avilés

La mayoría de la gente no suele distinguir entre las distintas escalas de los temporales en la mar. Hasta hace unos años yo pensaba que una marejada se refería a una mar impracticable, cuando siguiendo la escala de Douglas que describe el estado de la mar según la altura de las olas, una marejada es tan sólo el cuarto estado en una escala de 10.

Desde hace un par de días, todo el norte de la Península Ibérica está siendo barrido por un fuerte temporal que tiene su origen en el sur de Irlanda, y que está provocando grandes destrozos debido a la unión de fuertes vientos de más de 110 km/h y lluvias intensas.


Los medidores que la Autoridad Portuaria tienen ubicados en Xixón han registrado ayer martes olas de 11,50 metros de altura con un periodo de 17,5 segundos, por lo que según la escala de Douglas el estado de la mar era de Mar montañosa (entre 9 y 14 metros). 

Temporal en Verdicio

Cuando la mar alcanza este estado, la superficie se tiñe de blanco y la navegación se hace prácticamente imposible, produciéndose daños en la costa cuando coincide con pleamares y mareas vivas. Este era el aspecto que tenía el Mar Cantábrico en la tarde de ayer, un espectáculo impresionante y demoledor, que está causando importantes destrozos en muchas ciudades y pueblos costeros.

Durante siglos hemos intentado robarle el sitio a la mar, hemos urbanizado y construído casas en las playas, en los estuarios y en las vegas de los ríos. Podrán pasar años e incluso décadas pero tarde o temprano la mar volverá a por lo que es suyo y se llevará por delante todas esas construcciones como si fueran castillos de papel.

Oscureciendo en Verdicio

Entonces vendrán los salvadores de patrias, hablando de limpiar ríos y playas, de construír diques aun mas altos y mas resistentes, de intentar controlar a la Naturaleza para poder seguir construyendo, pero no servirá para nada. Cuando lleguen las riadas y las temporales, los alcaldes y constructores buscarán culpables y pedirán que se corten cabezas, todas menos las suyas. Sólo hace falta recordar que en el mes de junio pasado, después de que se inundara media Asturias tras de varios días de lluvias torrenciales, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico solicitó que se aumentaran las restricciones para la construcción en zonas inundables. ¿Cual fue la respuesta de los alcaldes de los municipios afectados? Pues que no aceptarían esas restricciones, porque "las áreas anegadizas eran la única alternativa para el desarrollo de esos municipios".

Esos son los individuos que saldrán ahora a pegar voces porque no les avisaron con suficiente tiempo de la llegada del temporal, porque hay garages inundados, paseos de playas destrozados y porque la mar se llevó la arena de las playas. Y pedirán que se reconstruyan urgentemente esos paseos, que se den fondos extraordinarios y que se traiga arena de donde sea para "regenerar esas playas". Y año tras año lo mismo, sólo que muy probablemente la frecuencia de estos fenómenos catastróficos se incrementará como consecuencia del cambio climático.

11 comentarios:

  1. Que razón tienes.
    Estoy totalmente de acuerdo contigo. Bonitas imágenes
    Saludos

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  2. No te canses David. No va a servir de nada. Usualmente los daños materiales se olvidan pronto. Es muy típico lo de ...!yo en ..... años que tengo nunca había visto nada igual¡, pero estas cosas pasan cada poco y la memoria es fragil. Y luego pues eso...Hay que limpiar rios y dragarlos y escollerarlos y....como llegan las elecciones habrá que limpiar, escollerar, dragar y cuando sacas algún estudio científico hecho siguiendo un método y durante mucho tiempo, te dicen !eso es mentira¡...y se acabó
    ..En fin !que pena de país¡

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  3. Totalmente de acuerdo con la "apropiación" y urbanización de zonas naturales. Da igual que estas situaciones pasen con poca frecuencia, ¡qué bien se nos da mirar hacia otro lado y no ver lo evidente y previsible!
    Preciosas las fotos, en vivo tendría que ser un gran espectáctulo.

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  4. Espectaculares tomas y sabias palabras. Por aquí, en toda la zona norte de Coruña, Ferrolterra, también ha sido espectacular. Una sensación de admiración, respeto y temor por una naturaleza sabia e implacable.
    Toda la razón en cuanto al mar. Pienso lo mismo cuando se producen las inundaciones por parte de ríos, o humedales o lagunas...el agua vuelve a por lo que es suyo. Y es absurdo querer montarse chalecitos y hotelitos en terreno que pertenece al océano para luego llorar cuando arrasa con todo.
    Eso sí, mi solidaridad con los pequeños pescadores de la costa asturiana y gallega que han perdido mucho, y los grandes medios parecen preocuparse sólo por los dichosos paseos marítimos...
    Un saludo

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  5. Qué razón tienes con lo que la mar se lleva lo suyo. Ahora pedirán unas millonadas ingentes para arreglar lo que se hizo en lugares potencialmente muy peligrosos. Lo mismo pasó con las riadas en Sevilla y Códoba no hace mucho.
    Lo peor de todo es que somos todos muy listos y la memoria histórica se pierde.
    Cuando nuestros hijos pequeños se pongan a construir lo volverán a hacer mal, en lugares donde nunca vieron agua simplemente porque son muy jóvenes. Pero el agua vuelve.

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  6. Muy didáctico como siempre David. Y gracias por la escala. Mira que siempre pensaba cuando dan el tiempo que qué sería eso de marejadilla o gruesa. Agora ya lo se. Gracies:
    Toño

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  7. Hola David,
    Tienes más razón que un Santu.
    Espectaculares fotos.
    Un abrazu

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  8. Gracias por las fotos y el excelente comentario, como en ti es costumbre.
    La Naturaleza siempre indomable, nos pongamos los humanos como queramos...
    De los políticos y demás intereses económicos mejor lo "dejamos pa prau".
    Un abrazu

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  9. Da pena, pero creo que mi hijo no va a poder enseñar ninguna playa asturiana a mi nieto, están todas sentenciadas, lo mismo que los paseos marítimos, así que aproveché ayer para enseñarle el Piles desbordado, y las olas cruzando la carretera, le encantó, a mí también, pero menos. Echaré de menos la costa asturiana. Nací en frente a San Lorenzo, y mi padre siempre me cuenta que cuando yo era bebé había que sortear la arena que traían las olas para entrar en el portal con el carricoche, y que el cambio climático no existe, solo la desmemoria. Ojalá, pero no me lo creo.

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  10. Excelente post y preciosas imágenes! Enhorabuena.

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