martes, 10 de mayo de 2011

Biodiversidad: es la ecología, estúpido !



Con esta frase tan directa encabezó el prestigioso periódico británico "The Guardian" su editorial de ayer. Una frase que deja bien claro que sólo los necios no se dan cuenta de que la ecología y la protección de la Biodiversidad es algo que nos afecta a todos, mucho mas incluso que os vaivenes de la economía (sin la bolsa podríamos vivir, sin Biodiversidad no duraríamos ni un segundo). En ese editorial se hacen eco de la última estrategia de biodiversidad 2010 aprobada por la comisión europea hace una semana. Al mismo tiempo hacen un repaso de todo aquello que nos aporta la biodiversidad y de lo que la mayoría de la gente aun no es consciente. El artículo original en inglés lo tenéis en este enlace del periódico, y yo os dejo aquí una traducción libre del mismo al castellano (espero que me disculpe el autor si metí alguna patadita)

Biodiversidad: es la ecología, estúpido !

El agua que bebemos cae en forma de lluvia, normalmente en zonas altas que suelen denominarse áreas de captación. El terreno ideal en esas zonas debería estar cubierto de vegetación, porque de otra forma las aguas corrientes se transformarían en barro, los embalses se colmatarían y los valles sufrirían inundaciones. Pero las plantas dependen de billones de insectos para que las polinicen. Los insectos también devoran el follaje, por lo que los bosques necesitan a los pájaros durante el día y a los murciélagos durante la noche para que se encarguen de mantener a las poblaciones de insectos bajo control. Pero para evitar un colapso poblacional de esos insectos, también debe de haber rapaces que controlen a los insectívoros y que permitan que la corriente siga fluyendo. 

A cualquier nivel en el que pensemos, la población humana se mantiene gracias a incontables, y muchas veces no identificadas, especies salvajes (en la jerga ecológica a todo el conjunto de especies se le denomina Biodiversidad). Ellas polinizan nuestros cultivos, limpian, conservan y reciclan nuestra agua, mantienen los niveles de oxígeno y nos dan todas las cosas de las que depende el confort, la salud y la seguridad humana. Los economistas y los conservacionistas han tratado muchas veces de estimar el valor de los servicios que nos proporciona la Naturaleza. Si tuviéramos que comprar lo que la Biodiversidad nos da a cambio de nada, ¿cuánto dinero necesitaríamos? La respuesta rondaría varios trillones de libras, pero esa pregunta no tiene sentido. Sin unos ecosistemas sanos, no habría algodón ni lino para hacer billetes, ni pan ni agua limpia para vender y comprar.

La semana pasada, la Comisión Europea dio a conocer su estrategia de biodiversidad 2020, e introdujo la noción de una "infraestructura verde" que iría desde las Islas Orcadas en Escocia hasta el Mar Negro.
Una estrategia a nivel continental es realmente necesaria: los vencejos, las golondrinas y las mariposas no se preocupan por las fronteras nacionales. Esa estrategia se centraría en el valor económico de los bosques, pastizales, páramos, humedales, lagos, ríos y ecosistemas de tierras de cultivo. 

Los augurios no son alentadores. La cuarta parte de todas las aves de campiña de Europa desaparecieron entre 1990 y 2007; 40 o más de las 435 especies de mariposas de Europa revolotean hacia la extinción. Sí, las extinciones son una parte normal de la historia evolutiva, pero no a ésta escala ni a éste ritmo. ¿Y quién sabe de qué especies puede prescindir un ecosistema y aun así seguir funcionando para el beneficio humano?

La Unión Europea se comprometió en 2006 adetener la pérdida de especies para el año 2010, pero en 2008 tuvo que admitir que esos objetivos no se cumplirían. Aproximadamente el 18% de la superficie europea está protegida, pero los gobiernos y los organismos con responsabilidad medioambiental deberían pensar seriamente no sólo en proteger, sino en restaurar los hábitats del restante 82% de superficie. 

Inevitablemente, aquellos críticos que hasta ahora no condenaron a Bruselas por el fracaso de sus políticas de biodiversidad, no se preocuparán ahora por las libélulas, los sapos y las hepáticas, mientras que la economía se estanca y las industrias se colapsan. Esto es un error. Europa podrá proponer, pero son los estados los que deben aplicar las medidas. Y aunque el coste de conservar la biodiversidad pueda ser considerable, el precio por no hacerlo puede ser verdaderamente terrible.

3 comentarios:

  1. Hola David,
    lo triste es que parece condenado al fracaso, del mismo modo que otros proyectos europeos como la Red Natura, o el objetivo 2010. Y mas en estos tiempos, a mi lo que me asombra es que partidos claramente "asfalticos" pongas en su propaganda electoral + medioambiente como lema, y la gente se queda tan tranquila..

    Cesar

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  2. No está mal que un diario generalista se preocupe del medio ambiente, y que divulgue información para concienciar al personal. Se han quedado cortos, la cosa está peor de como la pintan y los políticos no tienen ni idea de ecología; malos tiempos para los animales y las plantas.

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  3. Aupa: Lo peor, lo más grave de todo, es que cuando nos concienciemos la solucíon al problema llegará tarde, cuando no halla solución. Los interese económicos están y estarán por encima de todo, por desgracia, para nosotros y para ellos.

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