viernes, 13 de marzo de 2009

La lucha por las hembras


Aun faltan unos días para que la primavera comience oficialmente, aun así los animales no parece que le hagan mucho caso al calendario, que evidentemente es un convenio que nosotros mismos hemos creado para "facilitarnos" la vida, para que no se nos olvide los días que nos toca trabajar, los días que tenemos que descansar y las semanas que nos podemos tomar de vacaciones. A los animales eso no les importa, su reloj interno ya hace tiempo que les ha dicho que los días están creciendo y que se acerca la época de reproducción. La mayoría de las especies ya han cambiado su traje invernal por el traje de gala, sus hormonas están disparadas y su objetivo primordial es reproducirse.

En el embalse de Soto de Ribera (Ribera de Arriba, Asturies) las aves acuáticas ya se encuentran en plena reproducción, algunas incluso ya han construido sus nidos y ya han puesto los huevos. Mientras tanto, otras aun están de preparativos. La elección de pareja no es una decisión que se pueda tomar a la ligera, y sobre todo las hembras, que son las que más recursos invierten en la reproducción, deben asegurarse de que escogen al mejor macho de todos, aquel que pueda pasar a su descendencia los mejores genes.

Una de las maneras que tienen los machos de demostrar que son mejores es luchando entre ellos. Para aquellas especies que forman parejas, como es el caso de las fochas, los machos más fuertes serán capaces de defender un territorio mayor y también serán capaces de auyentar a los posibles intrusos y depredadores.



Los machos de Focha (Fulica atra) se enzarzan en fuertes peleas en las que se atacan a picotazos y se intentan hundir bajo el agua. Estas luchas no suelen tener importantes consecuencias y normalmente el macho más débil se retira mientras el macho dominante se queda en la zona pavoneándose y llamando la atención de las hembras. En la mayoría de las ocasiones, los machos no llegán a pelearse y es suficiente con la presencia del individuo dominante para que los machos más débiles se retiren. Sólo cuando las fuerzas están igualadas se "llega a las manos".

Mientras tanto las hembras esperan pacientemente a que se resuelvan los combates y sólo elegiran a un macho cuando estén convencidas. Mientras tanto los machos desparejados tendrán que esperar o resignarse a no reproducirse.

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